TORDESILLAS: ENTRE LAS BRISAS DEL DIABLO...

ENTRE LAS BRISAS DEL DIABLO
Como un torrente de fuego con los dientes afilados, sin exigir ningún ruego llevando detrás el rabo. A las tres de la mañana que son las horas del diablo, nadie sale de su cama el pueblo esta adormilado. La noche parece oscura, el viento pasa de largo, es penosa la locura de ese diablo tan amargo. A las tres de la mañana el diablo no se acostado, y ve su vida tan vana que se siente endemoniado. Las calles están desiertas, los portales muy cerrados, nadie busca las respuestas de los lugares marcados. El Puente guarda silencio, a veces se vuelve amargo, nadie quiere poner precio ni quiere pasar de largo. Entre las brisas del Duero, dicen que galopa el diablo, quizá diga el ROMANCERO que tiene nuevo vocablo. Brisas que llegan corriendo, brisas que domina el diablo, el miedo llegó fingiendo querer ganar su salario. En Tordesillas el diablo se marchó buscando al Duero, y a la niebla la engancho con ese pincho de acero. Las brisas fueron cubriendo los álamos en el Duero, hubo pinos que sufriendo vieron
los hachas de acero. El diablo marcó caminos, temblando marchaba el Duero, nadie soñó desatinos con el frío traicionero. La noche, la larga noche entre pinos piñoneros, el diablo puso su broche en sus pasos altaneros. Con el pincho de la mano como cualquier buen lancero, nunca dijo ser humano caminando bajo cero. Sin sonrisas ni guitarras, las negaciones primero, el diablo suelta sus garras sin entender de dinero. La noche negra del diablo, que apenas contarlo puedo, su viaje fue un encargo de volver la noche enredo. El Duero va caminando entre luces de consuelo, la noche se fue pasando con aquel temido velo. Brisas que parecen nieblas, nunca vimos firmamento, al recordarlo re tiemblas sin producir un lamento. El diablo se fue endiablado en noches de puro invierno, no sé si se ha equivocado pero buscaba el infierno. G X Cantalapiedra.