POSADA PISADA LLEGADA Y QUEDADA, EN TORDESILLAS
Sobre pinares preciosos y sus álamos al Duero,
vives tiempos deliciosos si entiendes el ROMANCERO.
Cuando recorres sus calles y sientes cantar al Duero,
entiendes bien los detalles de cómo suena un. “Te quiero”.
Posada siempre encantada de La Ribera del Duero,
Tordesillas es nombrada con cariño y mucho esmero.
Pisando sobre las losas que saben de sus leyendas,
pasaras horas gozosas cuando recorras sus sendas.
Si te alegra la llegada de subir por ese Puente,
veras La Vega anhelada que llevaras en tu mente.
Algo tiene Tordesillas que te deja pensativo,
al ver sus gentes sencillas que tienen su buen motivo.
Esta ciudad castellana cargada de tradiciones,
me parece ser humana en multitud de ocasiones.
Sentir como corre el Duero bajo su Puente Romano,
sin temer al mes de enero en cualquier tiempo profano.
Pisadas que son recuerdos de otros tiempos imperiales,
donde azotaron los vientos entre grandes temporales.
Tordesillas de pasada sin buscar nuevos lamentos,
esta ciudad admirada conoce los sufrimientos.
Sombras que llegan andando entre pinares desiertos,
palabras que van volando al ver caminos abiertos.
Tordesillas de esperanzas que sueñan con nuevos tiempos,
sin querer hacer balanzas piensan en los fuertes vientos.
Los caminos de esta tierra siempre guardaron silencio,
sobre su suelo se entierra el dolor que da el desprecio.
G X Cantalapiedra.
Sobre pinares preciosos y sus álamos al Duero,
vives tiempos deliciosos si entiendes el ROMANCERO.
Cuando recorres sus calles y sientes cantar al Duero,
entiendes bien los detalles de cómo suena un. “Te quiero”.
Posada siempre encantada de La Ribera del Duero,
Tordesillas es nombrada con cariño y mucho esmero.
Pisando sobre las losas que saben de sus leyendas,
pasaras horas gozosas cuando recorras sus sendas.
Si te alegra la llegada de subir por ese Puente,
veras La Vega anhelada que llevaras en tu mente.
Algo tiene Tordesillas que te deja pensativo,
al ver sus gentes sencillas que tienen su buen motivo.
Esta ciudad castellana cargada de tradiciones,
me parece ser humana en multitud de ocasiones.
Sentir como corre el Duero bajo su Puente Romano,
sin temer al mes de enero en cualquier tiempo profano.
Pisadas que son recuerdos de otros tiempos imperiales,
donde azotaron los vientos entre grandes temporales.
Tordesillas de pasada sin buscar nuevos lamentos,
esta ciudad admirada conoce los sufrimientos.
Sombras que llegan andando entre pinares desiertos,
palabras que van volando al ver caminos abiertos.
Tordesillas de esperanzas que sueñan con nuevos tiempos,
sin querer hacer balanzas piensan en los fuertes vientos.
Los caminos de esta tierra siempre guardaron silencio,
sobre su suelo se entierra el dolor que da el desprecio.
G X Cantalapiedra.