ENTRE LAS BRISAS DEL ZAPARDIEL
El Duero va navegando
sin mirar a sus orillas,
y El Zapardiel va pensando
que atrás quedó Tordesillas.
Sin implorar condiciones
de las cosas más sencillas
existen ciertas razones
en tierras de Tordesillas.
El Zapardiel en Medina
apenas se ven sus aguas,
y La Mota en su colina
ya no tiene grandes fraguas.
El Duero marcha orgulloso
por las tierras de Castilla,
se siente fuerte y dichoso
con su gente más sencilla.
El Duero marcha tranquilo,
y el Zapardiel tan sumiso,
cuando el caudal yo perfilo
parece soltar su aviso.
Tordesillas sin complejos
ve brillando a muchos pinos,
nada le parece lejos
al ver su campos divinos.
Desde Las Verjas mirando
esa Vega con destinos,
el viento llega gritando
mientras adora sus pinos.
Este paisaje armonioso
cargado con muchos signos,
no puede ser vanidoso
ni temer los desatinos.
El Zapardiel olvidando
a los Campos de Medina,
al Duero llega clamando
sin ser su razón divina.
G X Cantalapiedra.
El Duero va navegando
sin mirar a sus orillas,
y El Zapardiel va pensando
que atrás quedó Tordesillas.
Sin implorar condiciones
de las cosas más sencillas
existen ciertas razones
en tierras de Tordesillas.
El Zapardiel en Medina
apenas se ven sus aguas,
y La Mota en su colina
ya no tiene grandes fraguas.
El Duero marcha orgulloso
por las tierras de Castilla,
se siente fuerte y dichoso
con su gente más sencilla.
El Duero marcha tranquilo,
y el Zapardiel tan sumiso,
cuando el caudal yo perfilo
parece soltar su aviso.
Tordesillas sin complejos
ve brillando a muchos pinos,
nada le parece lejos
al ver su campos divinos.
Desde Las Verjas mirando
esa Vega con destinos,
el viento llega gritando
mientras adora sus pinos.
Este paisaje armonioso
cargado con muchos signos,
no puede ser vanidoso
ni temer los desatinos.
El Zapardiel olvidando
a los Campos de Medina,
al Duero llega clamando
sin ser su razón divina.
G X Cantalapiedra.