AQUELLA NOCHE DEL MES DE DICIEMBRE
Eran las doce de la noche del mes de diciembre de 1960, la niebla cubría todo el Puente Romano del Duero en Tordesillas, aquel hombre acostumbrado a pasear en las noches de frío y niebla del Río Duero, todo le parecía normal, pero de pronto antes de salir de La Vega, donde pensaba encontrarse con su pasado, quizá un poco violento, y llevando con el encima un revólver cargados de balas, con la intención de usarlo si alguien se le ponía en su camino, La niebla en esas fechas cerca de Navidad, suele ser bastante fría y muy densa, pero aquel hombre con mala fama, no le importaba nada ni nadie, solo el desafiando a su pasado tenebroso, para no tener que esperar que alguien le amenazara, los pasos de coches eran muy pocos, aunque entonces no existía el paso de circular rodeando a Tordesillas, y siendo el camino de Galicia obligado, más aquella noche parece ser que el miedo se apodero del hombre, los faros de ciertos coches y camiones, eran como temblorosos, las luces antiniebla, no daban la suficiente claridad al ambiente, del caos ocasionado por dicha niebla, El hombre aquel, embozado en su pelliza, y manta, caminaba por la acera del Puente, camino de Tordesillas, pensando en su mundo pasado, y recordando sus muchas fechorías echas en las noches de esa tierra castellana, sin poder darse cuenta de nada, un hombre joven se le puso en su espalda, y le comentó, algo que no quería entender, le habló de su padre, muerto hacia años, y el hombre intento sacar su revólver, pero el joven se le arrebato de la mano, y con mucha fuerza le arrojo al Duero, estaban los dos hombres uno joven y el otro con unos cincuenta años, peleando, aunque el hombre mayor salió corriendo, y desapareció entre la niebla. El Joven tranquilo se quedó caminando hacia su hogar, donde al llegar sobre las doce y media de aquella noche de fechas próximas a la Navidad, Su Madre y hermanos le preguntaron por su tardanza, el joven comento, mi padre me indico lo que tenía que hacer desde el otro mundo, y lo he cumplido con creces, hoy habrá un ser inhumano, que no podrá descansar tranquilo, Y quizá si no muere del susto, se suicidara, o será un ser sin saber dónde ir de ahora en adelante, ya que la sombra de su pasado malvado, le acompañara día y noche, y vivirá una verdadera encrucijada. Aquella noche el Río Duero, recibió desde su máxima altura, un revólver, que ya nadie jamás encontraría, y que daría tranquilidad a muchos seres que sufrieron sus malos modos por aquel hombre, que paso a ser un olvidado, de andar por la vida… G X Cantalapiedra.
Eran las doce de la noche del mes de diciembre de 1960, la niebla cubría todo el Puente Romano del Duero en Tordesillas, aquel hombre acostumbrado a pasear en las noches de frío y niebla del Río Duero, todo le parecía normal, pero de pronto antes de salir de La Vega, donde pensaba encontrarse con su pasado, quizá un poco violento, y llevando con el encima un revólver cargados de balas, con la intención de usarlo si alguien se le ponía en su camino, La niebla en esas fechas cerca de Navidad, suele ser bastante fría y muy densa, pero aquel hombre con mala fama, no le importaba nada ni nadie, solo el desafiando a su pasado tenebroso, para no tener que esperar que alguien le amenazara, los pasos de coches eran muy pocos, aunque entonces no existía el paso de circular rodeando a Tordesillas, y siendo el camino de Galicia obligado, más aquella noche parece ser que el miedo se apodero del hombre, los faros de ciertos coches y camiones, eran como temblorosos, las luces antiniebla, no daban la suficiente claridad al ambiente, del caos ocasionado por dicha niebla, El hombre aquel, embozado en su pelliza, y manta, caminaba por la acera del Puente, camino de Tordesillas, pensando en su mundo pasado, y recordando sus muchas fechorías echas en las noches de esa tierra castellana, sin poder darse cuenta de nada, un hombre joven se le puso en su espalda, y le comentó, algo que no quería entender, le habló de su padre, muerto hacia años, y el hombre intento sacar su revólver, pero el joven se le arrebato de la mano, y con mucha fuerza le arrojo al Duero, estaban los dos hombres uno joven y el otro con unos cincuenta años, peleando, aunque el hombre mayor salió corriendo, y desapareció entre la niebla. El Joven tranquilo se quedó caminando hacia su hogar, donde al llegar sobre las doce y media de aquella noche de fechas próximas a la Navidad, Su Madre y hermanos le preguntaron por su tardanza, el joven comento, mi padre me indico lo que tenía que hacer desde el otro mundo, y lo he cumplido con creces, hoy habrá un ser inhumano, que no podrá descansar tranquilo, Y quizá si no muere del susto, se suicidara, o será un ser sin saber dónde ir de ahora en adelante, ya que la sombra de su pasado malvado, le acompañara día y noche, y vivirá una verdadera encrucijada. Aquella noche el Río Duero, recibió desde su máxima altura, un revólver, que ya nadie jamás encontraría, y que daría tranquilidad a muchos seres que sufrieron sus malos modos por aquel hombre, que paso a ser un olvidado, de andar por la vida… G X Cantalapiedra.