EL ANDAR POR TORDESILLAS
Sientes las historias vivas que te dejan ilusiones,
muchas palabras se activan sin dejarte confusiones.
Tordesillas de leyendas que confirman sus memorias,
a veces notas las riendas de tiempos que fueron glorias.
El Duero siempre testigo del trascurrir de los años,
su brisa nunca es castigo y más si subes peldaños.
Tordesillas en septiembre se llena de tradiciones,
luego llegará noviembre con sus frías tentaciones.
Esos pinos piñoneros que adornan siempre su Vega,
suelen ser pinos austeros que la lluvia les despliega.
Mirar de lejos el Duero mientras vamos caminando,
y ver de cerca un te quiero que puede llegar triunfando.
Pinos que tienen sus brillos cargados de sensaciones,
donde pueden ciertos grillos lanzar sus exclamaciones.
Estas tierras castellanas con leyendas imperiales,
tienen sus costumbres sanas con sus formas naturales.
Caminamos en silencio buscando rosas marchitas,
y notamos cierto aprecio mientras los vientos nos gritan.
Ver caballos galopando por tierras tordesillanas,
es sentir como gozando se viven tardes mundanas.
Los caballos al galope por La Ribera del Duero,
algunos rompen su trote con su galopar austero.
Sombras de viejas historias se acrecientan por el Duero,
algunas sendas con glorias nos hablan del ROMANCERO.
G X Cantalapiedra.
Sientes las historias vivas que te dejan ilusiones,
muchas palabras se activan sin dejarte confusiones.
Tordesillas de leyendas que confirman sus memorias,
a veces notas las riendas de tiempos que fueron glorias.
El Duero siempre testigo del trascurrir de los años,
su brisa nunca es castigo y más si subes peldaños.
Tordesillas en septiembre se llena de tradiciones,
luego llegará noviembre con sus frías tentaciones.
Esos pinos piñoneros que adornan siempre su Vega,
suelen ser pinos austeros que la lluvia les despliega.
Mirar de lejos el Duero mientras vamos caminando,
y ver de cerca un te quiero que puede llegar triunfando.
Pinos que tienen sus brillos cargados de sensaciones,
donde pueden ciertos grillos lanzar sus exclamaciones.
Estas tierras castellanas con leyendas imperiales,
tienen sus costumbres sanas con sus formas naturales.
Caminamos en silencio buscando rosas marchitas,
y notamos cierto aprecio mientras los vientos nos gritan.
Ver caballos galopando por tierras tordesillanas,
es sentir como gozando se viven tardes mundanas.
Los caballos al galope por La Ribera del Duero,
algunos rompen su trote con su galopar austero.
Sombras de viejas historias se acrecientan por el Duero,
algunas sendas con glorias nos hablan del ROMANCERO.
G X Cantalapiedra.