Este oficio sigue existiendo y no voy a plantear si mejor o peor que antes, poro si cambió el método.
Recuerdo de las idas y venidas a la escuela al Sr. Demetrio en la calleja de "Las Frailas", que allí daba el horno de su panadería, arrodillado exparciendo la paja al rescoldo. Yo miraba al fondo: una llama contínua, chispeante, aterradora, yo me imaginaba que hasta desafiante. Es que en aquellas catequesis nos decía el viejo, querido y recordado cura D. Servando "Véis ese horno, véis esa llama, así es el infierno. Para siempre, eterno...
Sin comentarios. Bueno si, uno. Que si a alguien le daba la idea de pecar, ya sabía lo que le esperaba...
Volviendo al oficio. Las familias llevaban la harina, se amasaba, se hacían los panes, de Kg con rescaños; se tapaban con mantas unas horas, para que fermentase, porque la levadura era natural; lo justo según la temperatura ambiente, para que no saliera "yudo" o "aviniente" Después se metía al horno y se cocía la hornada, unos 20 ó 25 panes.
Un cariñoso recuerdo a esta familia y saludos a los actuales
Enrique Balado
Recuerdo de las idas y venidas a la escuela al Sr. Demetrio en la calleja de "Las Frailas", que allí daba el horno de su panadería, arrodillado exparciendo la paja al rescoldo. Yo miraba al fondo: una llama contínua, chispeante, aterradora, yo me imaginaba que hasta desafiante. Es que en aquellas catequesis nos decía el viejo, querido y recordado cura D. Servando "Véis ese horno, véis esa llama, así es el infierno. Para siempre, eterno...
Sin comentarios. Bueno si, uno. Que si a alguien le daba la idea de pecar, ya sabía lo que le esperaba...
Volviendo al oficio. Las familias llevaban la harina, se amasaba, se hacían los panes, de Kg con rescaños; se tapaban con mantas unas horas, para que fermentase, porque la levadura era natural; lo justo según la temperatura ambiente, para que no saliera "yudo" o "aviniente" Después se metía al horno y se cocía la hornada, unos 20 ó 25 panes.
Un cariñoso recuerdo a esta familia y saludos a los actuales
Enrique Balado