CORAZONES AL RASO
Hubo una vez que en un país, las cosas funcionaban bastante bien, pero el hambre de poder y de fabricar caciques, no dejaba en paz de criticar y sacar cosas falsa, Aquel presidente arto de oír mentiras y falsedades cogió su maleta y se marchó, dejando a todas las gentes de buena voluntad casi en un desierto, Los jubilados de ese país que no querían perder su pensión y preferían que les siguieran subiendo lo que la vida subía, estaban todos preocupados, en los corrillos se hablaba del tema, se comentaba que la seguridad social de ese país sería pagada en parte por los enfermos, y las residencias de ancianos gratis se terminarían, digamos las colas de pobres empezarían de nuevo, y los derechos de ser ciudadano quedarían mermados, las criticas de las personas mayores se las callaría, y ese país volvería de nuevo a estar en manos de cínicos y malversadores, que no pisarían la cárcel, ya que la justicia sería de los que mandaban, El que fue presidente se marcho de su país camino de no se dónde, quizá América latina, donde conoció a muchos compatriotas suyos, que lamentaban el que hubiera presentado su dimisión, el hombre allí se dedicaba a dar clases de inglés, y a vivir como la situación mandaba, pero sin presiones ni mentiras, Sus ratos de tertulia con las personas que le apreciaban en aquel lugar, eran de hablar de la vida misma, de sentir la presión diaria de lo que era un prensa pagada por el dinero del que más tenía, y comentaba, “Solo vivimos una vez, y de poco valer tener un cargo si la amenaza está fluyendo de diferentes lugares o sitios”, Aquellos latinoamericanos, entendían de sobra sus palabras, lo mismo en el idioma de Shakespeare que en el de Cervantes, o Antonio Machado, La verdad casi nunca sale a flote, hay personas que son guardianes de no dejarla imprimir. Se ve que la historia esta llena de malvados en todas partes, donde quieren imponer sus métodos de oprimir al pueblo trabajador, para que no reclame sus derechos, desde siglos atrás existieron los esclavos, que tuvieron sus mercaderes, que negociaron con la vida de los seres humanos. Roguemos a la Madre Naturaleza, que los derechos que tantos siglos costaron no se pierdan. G X Cantalapiedra.
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