La
historia de esta villa nos traslada hasta los primeros asentamientos vacceos, fue romanizada a principios de nuestra era y cristianizada sobre el siglo X.
Fue cabeza de Infantado de
Valladolid en los siglos XII al XIV.
El lugar donde está ubicada la villa, dominando estratégicamente el
valle fue muy atractivo para los primeros asentamientos. Se cree que su topónimo es una voz heredada de sus primeros habitantes, los vacceos: Ur-Uru (zona de
aguas) y Anna-Eneas (hermana). En la ladera del cerro donde se asienta la villa existe desde la
antigüedad un manantial de aguas limpias del que se fue surtiendo la población a lo largo de los siglos. A mediados del siglo XX se construyó dentro del
pueblo una
fuente con la traída de
agua de dicho manantial, para facilitar el aprovisionamiento a los vecinos.
Los
romanos llegaron a estas tierras hacia el año I a d C. Por el término pasaba una
vía de unión entre
Palencia y
Zamora, vía de la Toresana, donde quedan restos de la calzada y de un
puente.
En la Edad Media, con el rey Sancho II de Castilla (Sancho el Fuerte), la villa fue cabeza del Infantado de Valladolid. Su hermana doña Urraca cuidó y habitó el feudo. Más tarde, Alfonso VII concedió a su hermana Sancha Raimúndez el Infantado de Valladolid, con el dominium de las villas de Medina de Rioseco, Castromonte y
Urueña, las tres en plena frontera de los reinos de
León y de Castilla, que en el reinado de este rey estaban unidos. En 1157 murió Alfonso VII, dividiendo de nuevo los reinos: dejó León a su hijo Fernando II y Castilla a su otro hijo Sancho III el Deseado, que fue quien fortificó la
plaza de Urueña en vista de la nueva división. Sancho III reinó tan sólo un año. Le sucedió Alfonso VIII de Castilla pero el Infantado de Valladolid pasó a la jurisdicción de Fernando II de León. Durante los reinados siguientes, la villa de Urueña se mantiene como punto crucial de frontera entre los dos reinos.
En el siglo XV, el rey Juan II donó la villa a don Pedro Girón, mayordomo y favorito del príncipe y futuro rey Enrique IV.
En 1871, la villa sufrió un terrible incendio que destruyó medio pueblo. El
Ayuntamiento quedó totalmente devastado y con él todos los archivos. Recientemente, en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI, la villa ha dado un gran cambio en su aspecto, estructura y calidad de vida. Las
calles están pavimentadas, las
casas y algún
palacio reconstruidos y el
castillo que sirve como
cementerio, está siendo restaurado y ajardinado en el año 2005. Cuenta además con una vida cultural muy interesante, gracias a los distintos
museos que se han ido abriendo al amparo del más importante de todos que es el
Museo Etnológico, regentado por su creador Joaquín Díaz y ubicado en una
casa reconstruida del siglo XVI.
URUEÑA: v. con ayunt. en la prov., aud terr. y c. g. de Valladolid (7 leg.), part. jud. de
Mota del Marqués (4), dióc. de Palencia (44): SIT. en alto a la falda del
monte de Torozos, con buena ventilación y CLIMA sano, circundada de antiguas y fuertes
murallas, con 2 solas
puertas: tiene 422 CASAS; la consistorial;
escuela de instrucción primaria; una igl. parr, (Sta. María del Azogue) servida por un cabildo de beneficiados, entre los que nombra el diocesano, el cura párroco; al pie del cerro en que esta la pobl. hay una fuente de buen agua, y encima una gran balsa: confina el TÉRM. con los de Almaraz,
Villanueva de los Caballeros,
Villagarcia de Campos, y
San Cebrian de Mazóte: dentro de él se encuentra un conv. de San Francisco. El TERRENO de valle en su mayor parte, es de buena calidad; tiene buenos prados regados por un arroyo que se forma de la mencionada fuente:
CAMINOS: los locales, en mal estado en tiempos lluviosos:
CORREO: se recibe y despacha en Villar de Frades. PROD.: cereales, vino, legumbres, alguna
hortaliza, leñas de combustible y buenos pastos, con los que mantiene
ganado lanar, mular y asnal, IND.: la agrícola y algunos de los oficios más indispensables, POBL.: 110 vec, 440 alm. CAP. PROD.: 1.055,400 rs. IMP.: 105,540.
* Diccionario geográfico - estadístico - histórico de
España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz.
Madrid 1847.