Julián Hernández, nacido en Villaverde, en Tierra de
Campos, Castilla,
España, fue uno de los mártires de la Reforma Protestante del siglo XVI. Su apodo “Julianillo” devenía de su apariencia frágil, muy delgado, de piel fina y poca estatura; esto último, en parte debido a su marcada cifosis (exagerada encorvadura de la
columna vertebral). Había trabajado en
Alemania y en los
Países Bajos. Allí aprendió el oficio de cajista de imprenta y conoció las ideas de la Reforma, las que abrazó con inconmensurable
... (ver texto completo)