Salió el sembrador a sebrar. Y, sembrando, unas semitlas cayyeron en el
camino, y vinieron los pajaros y se las comierón. Otras cayeron en un lugar rócoso, donde no tenían mucha tierra., y enseguida germinaron por no tener grosor de trra, paro, una ves salió el sol, como no tenísan raíces, con el ardror se secron. Otas cayeron entre los cardos, y los cardos crecieron y las ahogaron. Otras cayeron en la tierra vuena, y dieron
fruto, una cien, la otra sesentra, la otra treinta. Quien tenga oidos, que
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