En primer lugar, el victimismo no es lo mío. La estrategia del avestruz, tampoco; me gusta más resolver los problemas, no esperar ridículamente a que algún hado misterioso los solucione. El tiempo no resuelve, a menudo enquista y empeora, que es justo lo que está pasando. Y ya que, con un alarde de pobreza moral me atacas a nivel personal, te diré que agua pasada no mueve molinos. Puede que no tengo un largo pasado en este pueblo, o que no tenga ocho apellidos castellanos, pero tengo un presente y un futuro que es lo que realmente pesa. Y me importa.
Por último, lo que si me la sopla es que tú rías o llores por "mis gracias".
Por último, lo que si me la sopla es que tú rías o llores por "mis gracias".
Y, además, precisamente porque no estoy envuelta en turbios pasados ni añejas y truculentas historias que, parece ser, es la tónica general por aquí, puedo ver los hechos tal como son, sin sesgos. Y con mayor perspectiva. La realidad de lo que es, no las motivaciones que tienen que ver con odios y fobias personales, de las que yo carezco. Y no hay que ser muy listo para darse cuenta de lo ridículo que es todo esto. Pero por más que lo sea, la tolerancia DEBE tener un límite. Te animaría a que dejaras de contener la respiración, no vayas a ahogarte, y que te decidieras a hacer del tiempo algo productivo. Por el bien de tu pueblo que también es el mío.