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Bueno puede que Vilaldefes tenga algo más presentable que un palomar caido, la verdad es que en Villafrades tambien lo hay; el problema es que no son los palomares caidos lo que demuestra la decadencia de la zona sino las muchas casas caidas dentro del pueblo heredadas por unos hijos o nietos que reniegan de sus raices y se empeñan en decir que son de capital cuando todo lo que son y tienen es gracias al duro trabajo en el campo de sus antepasados; como para preocuparse de arreglar un triste palomar si ni siquiera recuerdan la danza y dejan caer su casa, su historia y sus recuerdos.
Una Vilalfradeña de verdad.
Una Vilalfradeña de verdad.