El palomar que se ve en primer plano de la foto y que está semi-derruido, ya ha sido restaurado y hay que felicitar por ello a su propietario. ójala otros tomen nota de ello y restauren además de los palomares las casas que pertenecieron a sus antepasados y que levantaron a base del sudor que aún rezuma en las rústicas paredes de barro que las recubre. Que gran error comete aquél que olvida y reniega de sus raíces.