VILLAFRECHOS, LOS QUINTOS Y LAS FIESTAS.-Entrar en Quintas olía a Servicio Militar obligatorio, a ser tallado, a entrar en el sorteo y destino consiguiente. Era un sufrimiento para los padres, pues a los hijos podía torcarles Sidi Ifni, Sahara, Ceuta o Melilla. Y eso, estaba, y está, aún hoy día muy lejos, a pesar de los adelantos de las Comunicaciones. Entonces estaba en el Infinito. ¡Horrible!. Pero de esto no voy a hablar pues ya no hay Mili. Y con el tiempo el asunto cambió. Los Quintos en el pueblo, en todos los pueblos en general, se hacían los protagonistas, durante el año, de las Fiestas que se celebraban. Una de ellas era la del CARNAVAL, ya cercano. De lo que más me acuerdo es de la Carrera de Cintas y Correr las Gallinas y Conejos. En mis recuerdos: Las Cintas coloridas y vistosas, se corrían en la Citara. Se colgaba el cajón. En él se encontraban colgando las anillas de las Cintas, enrrolladas en unos carretes. Los Quintos, con sus Caballos, desde un extremo, corrían con el cuadrúpedo y con un estilete de madera procuraba, a la carrera, introducir el estilete en la anilla y desenrrollarla. Conseguido el éxito, se la llevaba con él. Ondeaba con el aire producido por la velocidad del trote. Había en el público una expresión mezcla de admiración, alegría y emoción. Pues se miraba con expectación a ver qué hacía el Mozo con la Cinta. O bien se la colgaba en el cuello. O se la llebava y ofrecía a UNA MOZA. Las Mozas, bien arregladas y presumidas se reunían en un sector entre el público. Prácticamente todo el Pueblo. La entrega a la Moza agraciada era recogido con un cuchicheo entre los asistentes, y la vuelta de las miradas hacia el lugar que ocupaba. Y esto era el conjunto de emociones, que duraba dos días, pues si un día no cogías Cinta, quizá otro día si. Lo importante era el "regalo" a la Moza o familiar que estaba allí. Por la tarde baile de los Quintos. También por la mañana, otro día, se Corrían las GALLINAS y CONEJOS. Era un acto un tanto bárbaro. Pues colgadas por las patas unas y otros el resumen era arrancarles la cabeza a mano por los Quintos participantes. Estos íban en Burros. La Cabeza del animal la lanzaban a un mozo o moza, según los casos. Claro ello conllevaba manchas de sangre. Con los cuerpos de los animales hacían una Merienda con invitados. Desarepeció, creo que con buen criterio.