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VILLAFRECHOS: VILLAFRECHOS Y SU SEMANA SANTA.-Era habitual que desde...

VILLAFRECHOS Y SU SEMANA SANTA.-Era habitual que desde el Domingo de Ramos estuviera en el pueblo un Predicador, contratado al efecto. Los que más impresionaban al vecindario eran los Capuchinos con luenga Barba. Los Sermones desde el púlpito de San Cristóbal. Encima de su cabeza una bombilla de luz rojiza por el poco voltaje. Esto y las muchas sombras que se extendían por la Iglesia a causa de la escasez de bombillas de bajo voltaje (de 15 ó 25 V.) creaban un escenario muy apto para la Impresionar el ánimo del oyente. El Predicador, en general, tenía buena voz: fuerte, rotunda, con la habilidad del buen orador en la entonación, haciendo las flexiones apropiadas al momento y en el momento propicio. Gwstos profundos con las manos. La vecindad-perosonas mayores en los bancos de la parte de atrás de la Iglesia, delante los de los chicos. Aquéllos bien abrigados, los de más edad cubiertos con la manta (tapabocas). Todos agazapados y apretados en sí mismos para atrapar el calor, ya que el invierno se prolongaba y la calefacción no existía. Los muchachos a lo suyo. Las mujeres: casadas, jóvenes y niñas, en los hachones. Sus Velones encendidos. Podríamos decir que el escenario era propicio para consumar el acto de escuchar el trueno fuerte de voz del Predicador. Allá en el púpito su figura amenazante, por los movimientos, como si quiera tirarse al suelo al expresar sus convicciones acerca de tema que le traía al pueblo. Despues en el Atrio las valoraciones del vecindario, era Bueno o Soso. El calificativo vendría determinado por la fuerza de la voz y las apropiadas flexiones de la misma, los gestos desaforados para convencer al vecindario. Esto era lo que le subiría al Podium de los Lauredos.