Revolviendo papeles, he encontrado este documento, de fecha 12 de septiembre de 1436, que hace referencia a un hecho ocurrido en el Real Monasterio de Santa Clara de Villafrechós. Pertenece al manuscrito encontrado en la Biblioteca Universitaria del Colegio de Santa Cruz de Valladolid, uno de los 4 manuscritos que se utilizaron para publicar la edición crítica de la obra conocida como "Crónica del Halconero de Juan II" de Pero Carrillo de Huete.
El protagonista de esta historia es Diego Gómez de Sandoval.
Inés de Cisneros –hija de Dª Urraca de Guzmán, señora de Villafrechós y fundadora del Convento de Santa Clara de dicha población (1406)–, casada con Diego González de Avellaneda, heredó el señorío de Villafrechós, que cedería a su hija, Beatriz de Avellaneda, al casarse con Diego Gómez de Sandoval (3/6/1416).
Juan II otorgó a Diego Gómez de Sandoval, capitán de las tropas de Castilla, el Condado de Castro (11/4/1426), al que incorporó sus villas para tenerlas por vía y título de mayorazgo, entre las que se encontraba Villafrechós, obtenida por matrimonio.
Los infantes de Aragón, a los que se unió Diego Gómez de Sandoval, enfrentados con el rey Juan II de Castilla por el poder, fueron derrotados en la batalla de Olmedo (19/5/1445), y Diego Gómez de Sandoval fue hecho prisionero, se le confiscaron todos los bienes y fue desterrado al Reino de Aragón. Luchó y peleó para recuperar los bienes perdidos u otros que pudieran sustituirlos en su destierro de Aragón. Se entiende por el documento que vivió alejado de su familia en multitud de batallas en las tierras del Reino de Aragón, sobre todo en rl reino de Valencia, y su esposa, Beatriz de Avellaneda, sintiéndose abandonada, dice el texto que, “estando él ausente, usó mal de su persona”, o sea, cometió adulterio. Al enterarse de que su marido se reincorporaba al Reino de Aragón, temiéndose lo peor, intentó refugiarse en un lugar insospechado y de confianza, en el “convento de monjas de Villafrechós”, que fundara su abuela, doña Urraca de Guzmán, pero allí la encontraron los criados de su marido, y, entrando con engaños en la celda del Convento, donde estaba, la ahogaron.
«A XII del mes de Setiembre de M. CCCCXXXVI en Toledo supo el Rey en como el conde de Castro, don Diego Gómez de Sandoval, embio desde Aragon, donde estava desterrado, a Diego de Sandoval, su sobrino, e un ballestero suyo con fasta XX de cavallo a Villafrechoso, lugar suyo, adonde estava la condessa, su muger, en un monesterio de monjas: e llamaron a la puerta diziendo que el conde benia alli, y entraron dento en la camara donde la Condessa estava, de noche, e afogaronla. La razon porque el Conde mando facer esto fue porque, estando el absente, uso mal de su persona; e don Fernando, fijo del Conde, desque sopo que era muerta vino a demandar merced al Rey de lo que avia de su madre».
El protagonista de esta historia es Diego Gómez de Sandoval.
Inés de Cisneros –hija de Dª Urraca de Guzmán, señora de Villafrechós y fundadora del Convento de Santa Clara de dicha población (1406)–, casada con Diego González de Avellaneda, heredó el señorío de Villafrechós, que cedería a su hija, Beatriz de Avellaneda, al casarse con Diego Gómez de Sandoval (3/6/1416).
Juan II otorgó a Diego Gómez de Sandoval, capitán de las tropas de Castilla, el Condado de Castro (11/4/1426), al que incorporó sus villas para tenerlas por vía y título de mayorazgo, entre las que se encontraba Villafrechós, obtenida por matrimonio.
Los infantes de Aragón, a los que se unió Diego Gómez de Sandoval, enfrentados con el rey Juan II de Castilla por el poder, fueron derrotados en la batalla de Olmedo (19/5/1445), y Diego Gómez de Sandoval fue hecho prisionero, se le confiscaron todos los bienes y fue desterrado al Reino de Aragón. Luchó y peleó para recuperar los bienes perdidos u otros que pudieran sustituirlos en su destierro de Aragón. Se entiende por el documento que vivió alejado de su familia en multitud de batallas en las tierras del Reino de Aragón, sobre todo en rl reino de Valencia, y su esposa, Beatriz de Avellaneda, sintiéndose abandonada, dice el texto que, “estando él ausente, usó mal de su persona”, o sea, cometió adulterio. Al enterarse de que su marido se reincorporaba al Reino de Aragón, temiéndose lo peor, intentó refugiarse en un lugar insospechado y de confianza, en el “convento de monjas de Villafrechós”, que fundara su abuela, doña Urraca de Guzmán, pero allí la encontraron los criados de su marido, y, entrando con engaños en la celda del Convento, donde estaba, la ahogaron.
«A XII del mes de Setiembre de M. CCCCXXXVI en Toledo supo el Rey en como el conde de Castro, don Diego Gómez de Sandoval, embio desde Aragon, donde estava desterrado, a Diego de Sandoval, su sobrino, e un ballestero suyo con fasta XX de cavallo a Villafrechoso, lugar suyo, adonde estava la condessa, su muger, en un monesterio de monjas: e llamaron a la puerta diziendo que el conde benia alli, y entraron dento en la camara donde la Condessa estava, de noche, e afogaronla. La razon porque el Conde mando facer esto fue porque, estando el absente, uso mal de su persona; e don Fernando, fijo del Conde, desque sopo que era muerta vino a demandar merced al Rey de lo que avia de su madre».