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VILLALAR DE LOS COMUNEROS: MÁS ALLÁ DE LAS ESTRELLAS...

MÁS ALLÁ DE LAS ESTRELLAS

Si las hormigas, de las que está tan poblado nuestro planeta, intentaran comunicarse de un hemisferio a otro, sería tan difícil como para nosotros intentar llegar y conocer a un Dios extraterrestre en medio de nuestro espacio infinito.
Las estrellas que vemos en su manto azulado, que hace muchos lustros que ya no existen y, nos siguen reflejando su brillo, no dejan de ser un gran misterio para nuestra mente humana que corre a más velocidad que la luz, y aún no sabemos desentrañar la complejidad que nos envuelve. Una vida entera preguntándonos a dónde vamos y, de dónde venimos…
Hay quien cree en un cielo protector, más bien unos brazos fraternos que nos acogerán cuando muramos al cerrar los ojos, pero la fe quizá no es más que una entelequia, un refugio humano, que no se puede demostrar. Algo efímero. Para los astrólogos es una ciencia, un laberinto de búsquedas por todo el cosmos. (Como hacía Carl Sagan en aquellos maravillosos documentales de “Cosmos”) El silencio de un universo infinito lleno de estrellas y, agujeros negros a los que nunca terminaremos de llegar para conocer toda la verdad.
Epicuro defendía una doctrina clara que era la prudencia, ya que la naturaleza está regida por el azar y, los mitos religiosos amargan o dulcifican, según el caso, de la espiritualidad que vuela en todas las direcciones y, cada cual tiene su mundo y sus sueños…
En contraste vivimos en un mundo esperpéntico y al revés, donde el hombre más que un ángel, es un lobo para su semejante. Donde se da la paradoja que tres personas en España acaparan la misma riqueza que el 30% de la población, y treinta familias en Europa el 50% en medio de una profunda crisis económica donde más de 7.000 personas se han hecho multimillonarios. La inmoralidad de una sociedad civilizada. Ahora con el triunfo en la urna de Donald Trump en América nos tememos que se lie más la madeja, haciendo un muro en la frontera con México o una guerra contra los chinos y contra todo ser viviente. Porque ya lo tenemos bastante liado. Los europeos contra los inmigrantes sin pan. Aquí seguimos con muros y alambradas, para no dejar pasar a los hambrientos. Los islamistas volando discotecas, o montados en camiones mortíferos, como en una guerra sin cuartel con bolardos en las plazas y mercados donde se pueda masacrar más gente. ¿Cabríamos todos en “refugios”, donde poder hacer un bunker más seguro en esta patria del mundo…?
Ahora con los móviles navegamos por el “ciberespacio tecnológico”, todos al unísono como posesos, mientras nos olvidamos a los que tenemos a nuestro lado. Las multinacionales contentas porque manejan los hilos y, se ríen de nosotros ya que saben que estamos en sus manos. Esperando que aumenten las posibilidades de ir en naves de clase turista por otros confines como aves migratorias, más allá de las estrellas.
Jacinto Herreras Martín