hola drem, ¿te acuerdas de aquella mujer tan entrañable que alegraba las tardes-
noches del domingo haciéndole la competencia a la abuela de arigus, la señora Eugenia? Pasaba por todas las
casas del
pueblo vendiendo cacahuetes, chuoa-chups, etc. y charlaba con cada una de las
familias.
Yo también pasaba miedo en el
cementerio, pero como íbamos por apuestas, pues había que ir. Más tarde, dos hermanos, Joaquín y Pepito, se quedaron con el cante y luego eran ellos los que nos hacían pasar mucho más
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