El Salvador, en tiempos de mi niñez, era un sitio estratégico para la guardia civíl de Pozoantigüo para coger a los que cazábamos palomas en la línea.
El año que tocaba sembrar al lado de la línea, las palomas iban a llenar el buche con el trigo, cuando venían en bandos a descansar a los palomares, los chavales aporreábamos los postes de la línea, las palomas se asustaban, se golpeaban con los cables, caían y nosotros las recogíamos. Y los civiles aparecían para tratar de quitarnos las palomas; a veces lo conseguían y a veces no, depende de lo que corriéramos aquel día.
El año que tocaba sembrar al lado de la línea, las palomas iban a llenar el buche con el trigo, cuando venían en bandos a descansar a los palomares, los chavales aporreábamos los postes de la línea, las palomas se asustaban, se golpeaban con los cables, caían y nosotros las recogíamos. Y los civiles aparecían para tratar de quitarnos las palomas; a veces lo conseguían y a veces no, depende de lo que corriéramos aquel día.