Numerosos expertos defienden que España debe adelantar sus horarios laborales, los de las comidas, y el de los programas televisivos, y volver al horario que marca el meridiano de Greewvich para países como Portugal y el Reino Unido.
Si España renunciara a adelantar el reloj una hora, el huso horario oficial se sincronizaría con el horario solar, que en realidad coprresponde a la latitud de nuestro país. Si no cambiamos la hora del reloj, estaremos de nuevo en nuestra zona horaria, y si además adelantamos una hora los telediarios del mediodía y de la noche, y adelantamos la hora de comer a las 13 h. y volvemos a trabajar a las 14 h., habremos andado gran parte del camino.
Según el investigador de la Universidad de Oxford, José María Fernández Crehuet España conseguiría, sin costes, mejorar la calidad de vida, el rendimiento escolar, fomentar la salud y disminuir la siniestrabilidad laboral, ganando en productividad. Y también, acercarse más a Europa. España está integrada dentro de la Unión Europea en todo, salvo en el horario.
En la mayoría de países europeos, el que se queda a trabajar más allá de las cinco, es visto como alquien que no ha sabido organizarse bien, y además hay que pagarle las horas extra.
Según José M. Fernández, los datos indican que las jornadas intensivas mejoran la productividad.
Así, el 43 % de los españoles llega a casa demasiado cansado para hacer labores domésticas. Somos la segunda tasa más alta de la UE. por detrás de Chipre.
Acostarse tarde, desayunar poco en casa por apurar minutos de sueño, interumpir la mañana a las 10,30 para tomar un café y churros, comer en casa o en un restaurante de dos a cuatro, pasar por un atasco, salir de la oficina a las 20 h., pasando por otro atasco, y cenar viendo el telediario a las 21 h., son costumbres españolas. Cambiarlas no implica comer un sándwich en la oficina, sino comer un plato de dieta mediterránea en una hora en lugar de dos platos en dos horas.
Según varios especialistas trae varias consecuencias el cambio de horario.
El adelanto de las agujas del reloj supondrá para algunos, alteraciones del sueño, irritabilidad o depresión. Riesgo de sufrir un infarto, niveles más bajos de contaminación. Una reducción del consumo de energía, se reduce en un descenso de la contaminación. Y con menos contaminación, el cerebro se oxigena mejor y las vías respiratorias sufren menos.
(Borja Bergareche.
Si España renunciara a adelantar el reloj una hora, el huso horario oficial se sincronizaría con el horario solar, que en realidad coprresponde a la latitud de nuestro país. Si no cambiamos la hora del reloj, estaremos de nuevo en nuestra zona horaria, y si además adelantamos una hora los telediarios del mediodía y de la noche, y adelantamos la hora de comer a las 13 h. y volvemos a trabajar a las 14 h., habremos andado gran parte del camino.
Según el investigador de la Universidad de Oxford, José María Fernández Crehuet España conseguiría, sin costes, mejorar la calidad de vida, el rendimiento escolar, fomentar la salud y disminuir la siniestrabilidad laboral, ganando en productividad. Y también, acercarse más a Europa. España está integrada dentro de la Unión Europea en todo, salvo en el horario.
En la mayoría de países europeos, el que se queda a trabajar más allá de las cinco, es visto como alquien que no ha sabido organizarse bien, y además hay que pagarle las horas extra.
Según José M. Fernández, los datos indican que las jornadas intensivas mejoran la productividad.
Así, el 43 % de los españoles llega a casa demasiado cansado para hacer labores domésticas. Somos la segunda tasa más alta de la UE. por detrás de Chipre.
Acostarse tarde, desayunar poco en casa por apurar minutos de sueño, interumpir la mañana a las 10,30 para tomar un café y churros, comer en casa o en un restaurante de dos a cuatro, pasar por un atasco, salir de la oficina a las 20 h., pasando por otro atasco, y cenar viendo el telediario a las 21 h., son costumbres españolas. Cambiarlas no implica comer un sándwich en la oficina, sino comer un plato de dieta mediterránea en una hora en lugar de dos platos en dos horas.
Según varios especialistas trae varias consecuencias el cambio de horario.
El adelanto de las agujas del reloj supondrá para algunos, alteraciones del sueño, irritabilidad o depresión. Riesgo de sufrir un infarto, niveles más bajos de contaminación. Una reducción del consumo de energía, se reduce en un descenso de la contaminación. Y con menos contaminación, el cerebro se oxigena mejor y las vías respiratorias sufren menos.
(Borja Bergareche.