Me recuerdo perfectamente de esta casa en mi juventud , pués tenía un grán patio con una morera en el medio. Nos disponiamos a cazar un gorrión con unos tirachinas y al caer el gorrión al suelo , apareció un "felino" como por arte de magia y nos lo llevó harto contento y feliz; incluso hasta parecia que se marchaba riendo de nosotros. Nosotros , a pesar de la pérdida nos desternillábamos de risa.
También fué vivienda de un matrimonio de agricultores , que la usaron unos años.