Y como los dueños de estas bodegas derrumbadas, no toman interés alguno en arreglarlas o en taparlas con barro ¡Qué se fastidie el vecino de al lado y que se aguante si se derrumba también la de el! ¡así es la vida! Estos derrumbes son muy frecuentes, en las bodegas excavadas en arcilla. El abandono a que están sometidas ( sus dueños emigran a la ciudad), hace que las inclemencias del tiempo, acaben con ellas.
Obsérvese al fondo, una bonita vista parcial del pueblo.