En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto.
Este otoño comenzó a sentirse apático y la dejadez se apoderó de su espíritu.
La vida, cansada de verle abúlico decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora, el aletargado esqueleto de un cerezo, una osamenta de madera clavado al suelo, que solo espera que regrese a la vida.
Este otoño comenzó a sentirse apático y la dejadez se apoderó de su espíritu.
La vida, cansada de verle abúlico decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora, el aletargado esqueleto de un cerezo, una osamenta de madera clavado al suelo, que solo espera que regrese a la vida.