En el equinociodel otoño, sobre todo en octubre,
noviembre, tiene lugar la sementera de los
cultivos de invierno aprovechando el tempero y
la pluviosidad.
"Pasada la vendimia y las fiestas, recogidos los
enseres y dejando el mosto fermentando en buenas
cubas, preparan la sementera, antes de empezar
habían preparado las semillas que trajeron para
ello del mercado, los arados y las yuntas y
pares de labor. De los muladares llevaron sus
basuras, bien hechas, bien negras y que serán
repartidas a lo largo de los cerros de la pardala.
Así mientras que los mozos de le labor preparaban
arados, ajustaban las cuñas y asentaban la reja, el
mayoral y sus ayudas tiraban la semilla en el
campo. Con cada paso de daban, habían de soltar
un puño de semillas y pulgar e índice eran
los determinantes de la cantidad a tirar.
Entre tanto, los pares se acercaban a los cabeceros
y mancera en mano, arreando a sus ganados,
iban rajando los cerros con pies en sobrante y
saliente de reja, voz fuerte, gavilán dispuesto y
la semilla quedaba bien tapada.
Aviaban pronto la siembra y la dejaban hecha en
tiempo y en época, y así a todos enseñaban con
prontitud y buenas formas de trabajo.
noviembre, tiene lugar la sementera de los
cultivos de invierno aprovechando el tempero y
la pluviosidad.
"Pasada la vendimia y las fiestas, recogidos los
enseres y dejando el mosto fermentando en buenas
cubas, preparan la sementera, antes de empezar
habían preparado las semillas que trajeron para
ello del mercado, los arados y las yuntas y
pares de labor. De los muladares llevaron sus
basuras, bien hechas, bien negras y que serán
repartidas a lo largo de los cerros de la pardala.
Así mientras que los mozos de le labor preparaban
arados, ajustaban las cuñas y asentaban la reja, el
mayoral y sus ayudas tiraban la semilla en el
campo. Con cada paso de daban, habían de soltar
un puño de semillas y pulgar e índice eran
los determinantes de la cantidad a tirar.
Entre tanto, los pares se acercaban a los cabeceros
y mancera en mano, arreando a sus ganados,
iban rajando los cerros con pies en sobrante y
saliente de reja, voz fuerte, gavilán dispuesto y
la semilla quedaba bien tapada.
Aviaban pronto la siembra y la dejaban hecha en
tiempo y en época, y así a todos enseñaban con
prontitud y buenas formas de trabajo.