J. A. G. El delegado territorial, Alberto Castro, y el director del Instituto de la Juventud de Castilla y León, Sergio Montoya, visitaron ayer el campo de trabajo de Santibáñez de Vidriales que la Junta de Castilla y León, a través del Instituto de la Juventud de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, ha venido realizando durante los últimos años en este municipio.
En este campo de trabajo las plazas están ocupadas por jóvenes de entre 15 a 17 años. Los participantes se alojan en el albergue municipal y se dividen en dos grupos formados por 20 personas. El primero participó durante la primera quincena de este mes, y el segundo grupo permanece en Santibáñez del 16 al 30 de julio.
Entre las tareas que están llevando a cabo figuran la recuperación de elementos etnográficos, la realización de una guía de recursos, el acondicionamiento de dos potros en Bercianos de Vidriales y Pozuelo de Vidriales, tareas de limpieza y acondicionamiento del albergue, así como, así como la construcción y recuperación de ambientes naturales y ecológicos del municipio.
Las labores están acompañadas de actividades complementarias como talleres, campeonatos de juegos tradicionales, actividades deportivas, visitas a fábricas de queso y embutidos, al centro de interpretación de Petavonium y una excursión a Zamora.
Los objetivos generales del campo de trabajo de Santibáñez de Vidriales son: fomentar y favorecer la convivencia armoniosa de los participantes y los valores de la convivencia, tolerancia solidaridad, aprendizaje intercultural en el medio rural.
También se persigue la recuperación y puesta en valor del patrimonio natural, histórico, artístico del Valle de Vidriales; la construcción recuperación d ambientes naturales y ecológicos en el municipio; el conocimiento y ampliación de distintas técnicas ecológicas; y la búsqueda de puntos de encuentro entre jóvenes participantes del campo de trabajo.
«Este campamento es una oportunidad para que los chavales, que vienen de muchos puntos del país, convivan, aprendan unos valores y también ayuden a recuperar elementos tan valiosos para el patrimonio cultural de esta zona como es el caso de estos dos potros de Pozuelo y de Bercianos», explicó Montoya.
Los campos de trabajo se desarrollan en el periodo estival y constituyen «un ejemplo de compromiso de los jóvenes con la sociedad a través de la figura del voluntariado». Según Montoya, se trata de actividades en las que un grupo de jóvenes se comprometen, de forma voluntaria y desinteresada a desarrollar un proyecto de trabajo de proyección social en beneficio de la comunidad, y a participar en actividades complementarias de tipo formativo, cultural o de ocio, y de animación, durante un tiempo determinado». La realización del proyecto es un medio para fomentar los valores de convivencia, tolerancia, solidaridad, participación o aprendizaje intercultural, entre otros.
En este campo de trabajo las plazas están ocupadas por jóvenes de entre 15 a 17 años. Los participantes se alojan en el albergue municipal y se dividen en dos grupos formados por 20 personas. El primero participó durante la primera quincena de este mes, y el segundo grupo permanece en Santibáñez del 16 al 30 de julio.
Entre las tareas que están llevando a cabo figuran la recuperación de elementos etnográficos, la realización de una guía de recursos, el acondicionamiento de dos potros en Bercianos de Vidriales y Pozuelo de Vidriales, tareas de limpieza y acondicionamiento del albergue, así como, así como la construcción y recuperación de ambientes naturales y ecológicos del municipio.
Las labores están acompañadas de actividades complementarias como talleres, campeonatos de juegos tradicionales, actividades deportivas, visitas a fábricas de queso y embutidos, al centro de interpretación de Petavonium y una excursión a Zamora.
Los objetivos generales del campo de trabajo de Santibáñez de Vidriales son: fomentar y favorecer la convivencia armoniosa de los participantes y los valores de la convivencia, tolerancia solidaridad, aprendizaje intercultural en el medio rural.
También se persigue la recuperación y puesta en valor del patrimonio natural, histórico, artístico del Valle de Vidriales; la construcción recuperación d ambientes naturales y ecológicos en el municipio; el conocimiento y ampliación de distintas técnicas ecológicas; y la búsqueda de puntos de encuentro entre jóvenes participantes del campo de trabajo.
«Este campamento es una oportunidad para que los chavales, que vienen de muchos puntos del país, convivan, aprendan unos valores y también ayuden a recuperar elementos tan valiosos para el patrimonio cultural de esta zona como es el caso de estos dos potros de Pozuelo y de Bercianos», explicó Montoya.
Los campos de trabajo se desarrollan en el periodo estival y constituyen «un ejemplo de compromiso de los jóvenes con la sociedad a través de la figura del voluntariado». Según Montoya, se trata de actividades en las que un grupo de jóvenes se comprometen, de forma voluntaria y desinteresada a desarrollar un proyecto de trabajo de proyección social en beneficio de la comunidad, y a participar en actividades complementarias de tipo formativo, cultural o de ocio, y de animación, durante un tiempo determinado». La realización del proyecto es un medio para fomentar los valores de convivencia, tolerancia, solidaridad, participación o aprendizaje intercultural, entre otros.