Conseguido, más vale tarde que nunca.
Un
puente que ha dado nueva vida al
pueblo. Bravo por todos los que lucharon para hacerlo realidad después de tantos años, años... Quedando muchos en el
camino sin poder haber visto realizado su sueño.
Atrás queda el tiempo en que la gente gritaba desde
Breto para llamar al S. Enrique, o al barquero para que los fuera a buscar al otro lado del
río.