Luz y gas para ti
Decenas de personas asistieron a la celebración de los 70 años de la emblemática bodega. Foto Ana Granadilla
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B. BLANCO GARCÍA «Una bodega familiar, tres generaciones y 70 años de pasión por el vino». Este lema resume la filosofía de Bodegas Fariña, una empresa que nació gracias a la constancia y trabajo del matrimonio formado por Salvador Fariña y Tomasa López y cuyas riendas ahora lleva su hijo, Manuel Fariña, quien entró en el negocio familiar en 1965.
La vinoteca que la empresa tiene en la capital sirvió ayer de escenario para conmemorar este aniversario con la primera degustación del caldo que se ha elaborado con Tinta de Toro «y todo el amor por la viña y el vino», resumió Fariña. Un total de 70.000 unidades con el etiquetado especial del 70 aniversario han sido embotelladas para que las puedan degustar clientes no solo en el país «sino más allá de nuestras fronteras».
Y es que el 45% de la producción de la bodega toresana va a parar al mercado internacional. Entre los paladares que han disfrutado de este caldo están los de chinos e indios. «Es un mercado que está en plena expansión», aseguró el bodeguero. En total, los caldos de Fariña se exportan a más de treinta países.
Fariña recordó con cariño a sus padres y a aquellos primeros clientes que acudían a la pequeña bodega de Casaseca del as Chanas para llevarse «garrafas de cuatro litros a Aliste, Sanabria o Zamora». Por todos ellos nace este vino Especial 70 Aniversario, «en homenaje a todas las personas que ha tomado una copa de vino Fariña en cualquier región de España y del mundo».
Poco podía imaginar el matrimonio Fariña-López que su negocio iba a desarrollarse de tal manera, gracias, en gran parte, a las tecnologías que su hijo ha ido incluyendo en las últimas décadas, «siempre atentos al medio ambiente», recalcó el bodeguero.
Con el tiempo, y para conservar la Denominación de Origen Toro, la empresa pasó a su ubicación actual en 1984, donde poco a poco ha ido dando beneficios «que siempre se han ido invirtiendo en la propia bodega, para seguir creciendo», asegura el gerente.
Por la historia, por los clientes y por todos aquellos que han aportado su granito de arena en Fariña «hay que celebrar este aniversario, porque gracias a todos los que han pasado por la bodega en estos setenta años, ahora estamos donde estamos», agradeció Manuel Fariña.
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B. BLANCO GARCÍA «Una bodega familiar, tres generaciones y 70 años de pasión por el vino». Este lema resume la filosofía de Bodegas Fariña, una empresa que nació gracias a la constancia y trabajo del matrimonio formado por Salvador Fariña y Tomasa López y cuyas riendas ahora lleva su hijo, Manuel Fariña, quien entró en el negocio familiar en 1965.
La vinoteca que la empresa tiene en la capital sirvió ayer de escenario para conmemorar este aniversario con la primera degustación del caldo que se ha elaborado con Tinta de Toro «y todo el amor por la viña y el vino», resumió Fariña. Un total de 70.000 unidades con el etiquetado especial del 70 aniversario han sido embotelladas para que las puedan degustar clientes no solo en el país «sino más allá de nuestras fronteras».
Y es que el 45% de la producción de la bodega toresana va a parar al mercado internacional. Entre los paladares que han disfrutado de este caldo están los de chinos e indios. «Es un mercado que está en plena expansión», aseguró el bodeguero. En total, los caldos de Fariña se exportan a más de treinta países.
Fariña recordó con cariño a sus padres y a aquellos primeros clientes que acudían a la pequeña bodega de Casaseca del as Chanas para llevarse «garrafas de cuatro litros a Aliste, Sanabria o Zamora». Por todos ellos nace este vino Especial 70 Aniversario, «en homenaje a todas las personas que ha tomado una copa de vino Fariña en cualquier región de España y del mundo».
Poco podía imaginar el matrimonio Fariña-López que su negocio iba a desarrollarse de tal manera, gracias, en gran parte, a las tecnologías que su hijo ha ido incluyendo en las últimas décadas, «siempre atentos al medio ambiente», recalcó el bodeguero.
Con el tiempo, y para conservar la Denominación de Origen Toro, la empresa pasó a su ubicación actual en 1984, donde poco a poco ha ido dando beneficios «que siempre se han ido invirtiendo en la propia bodega, para seguir creciendo», asegura el gerente.
Por la historia, por los clientes y por todos aquellos que han aportado su granito de arena en Fariña «hay que celebrar este aniversario, porque gracias a todos los que han pasado por la bodega en estos setenta años, ahora estamos donde estamos», agradeció Manuel Fariña.