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Verano 2009
La salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago.

Miguel de Cervantes.
La vida es breve, la ciencia extensa, la ocasión fugaz, la experiencia insegura, el juicio dificil.

Aforismo de Hipócrates.
Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo,
Buscadme, si me os pierdo,
en el yelmo de la historia...

UNAMUNO
Había un médico tan tonto, pero tan, tan tonto, que eseguraba que el mal de Parkinson se transmitia en los parkings.

Chiste.
Trasnochar y madrugar no caben en un costal.

Refran.
Perdiendo aprendí; más vale lo que aprendí que lo que perdí.

Refran.
Quien dabajo de hoja se posa, dos veces se moja.

Refran.
El mejor sol es el que calienta hoy.

Proverbio.
Nadie puede evitar que los latosos entren en casa, pero es un error ofrecerles una silla.

(proverbio)
Presta dinero a un enemigo y lo ganarás. A un amigo y lo perderás.

Franklin.
Al amanecer eché las redes al mar, y extraje al abismo raras cosa de extraña belleza. Unas brillaban como sonrisas; otras como lágrimas, y alguna se sonrojaba como mejilla de novia.
Cuando volvía con mis tesoros, mi amor, dehojaba una flor en su jardín. Vacilé, arrojé a sus pies todo lo que el fondo del mar me había dado, y aguardé en silencio. Ella lo miró todo lentamente y dijo:" ¿Para qué me pueden servir cosas tan raras?"Bajé la cabeza avergonzado y pensé:"Verdaderamente, no me han costado esfuerzo ... (ver texto completo)
Ella vivía en la colina, junto al maizal. Un manantial bajaba, risueño, hasta la sombra solemne de los árboles viejos, y las mujeres llegaban con sus cántaros, y los caminantes venian a descansar y a hablar a su vera.
Una noche, bajó el extranjero del cerro cubierto de nubes. Traía el cabello enredado como serpientes dormidas." ¿Quién eres?", le preguntamos extrañados. No contestó, y se sentó ante el manantial, fijos los ojos en la choza de ella. Y volvimos ya de noche, con nuestro corazón estremecido.
A ... (ver texto completo)
Dedicado a todas las madres del mundo, en especial a la mía.
EL MERCADER.
Imagínate, madre, que tú te quedas en casa y yo me marcho a recorer tierras extrañas. Figúrate que mi barca está dispuesta en el embarcadero, cargada hasta el tope. Ahora piensa bien, madre, qué quieres que te traiga a mi regreso.
¿Quieres, madre, perlas tan grandes como los goterones de otoño? Llegaré hasta las playas de la isla de las perlas. Allí, a la luz temprana de la aurora, las perlas tiemblan sobre las flores del ... (ver texto completo)
La escuela de las flores.

¿Sabes tú, madre, si las flores moran en el cielo, donde brillan las estrellas? ¿No has visto cómo se esfuerzan en subir? ¿A que no sabes por qué tienen tanta prisa? Adivino hacia quién alzan sus brazos: ¡tienen una madre como yo te tengo a tí!.

Rabindranath Tagore.
La escuela de las flores.
Las ramas del bosque se entrechocan y las rocas murmuran con el fuerte viento. Los nubarrones hacen palmas con sus gigantes... y las flores niñas salen con sus ropajes amarillo y blanco.

Rabindranath Tagore.