No me extraña que a Antolín se le hayan puesto los pelos como escarpias, seguro que por esta
calle habrá correteado un montón de veces, habrá bebido
agua en esta
fuente otro montón de veces. Aunque en la
foto no se distingue bien la fuente. Ahí sigue. Donde se ve ese tronco seco, ahí en la esquiníta de la
casa, encima de la fuente había un guindo que daba unas guindas hermosas y dulces. ¡Cuantas veces íbamos a esa fuente aunque rodeáramos para coger una guinda. Creo que cuando un
árbol se muere debería
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