La
escuela de las
flores.
Retumban los nubarrones por el
cielo y caen los primeros chubascos. El húmedo viento de levante sopla en el matorral y hace sonar como una flauta los bambués. Entonces miles de flores brotan de repente, nadie sabe de dónde y se ponen a
bailar sobre la hierba locas de contentas.
Estoy seguro, madre, que las flores van a una escuela subterránea. Dan sus lecciones a
puertas cerradas, y si tratan de salir a jugar antes de tiempo, su maestra las castiga en un
rincón. ¡Pero
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