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CASTRELOS: Majestad-dijo el siervo a su Rey-, el santo Narottam...

Majestad-dijo el siervo a su Rey-, el santo Narottam jamás se ha dignado a venir a vuestro templo real. Esta cantando alabanzas a Dios bajo los árboles, junto al camino abierto. ¡El templo está vacío de fieles! La gente, por el contrario, se agrupa a su alrededor como las abejas en torno al loto blanco, dejando el dorado panal de miel. El Rey indignado en su interior, fue al lugar donde Narottam se sentaba en la hierba, y le preguntó:-Padre, ¿por qué dejas mi templo con cúpula de oro y te sientas al aire libre, en el suelo, para predicar el amor de Dios?-porque Dios no está en vuestro templo-contestó Narottam. El Rey se incomodó, y dijo- ¿No sabes que se gastaron veinte millones en oro para hacer esta maravilla del arte, y que fue consagrado a Dios con los mas costosos ritos?-Si, lo sé-respondió Narottam -, Fue aquel año en que millares de personas, cuyas casas habían sido presas de las llamas, acudieron a tu puerta en busca de ayuda. Y dijo por entonces Dios: ¡Qué criatura miserable la que no puede dar casa a sus hermanos y pretende construir la mía!. Y ocupó su lugar entre los que estaban sin hogar, bajo los arboles del camino."Y esa pompa de oro, carece de todo menos del vaho caliente de tu orgullo.
Lleno de cólera el Rey exclamó:
- ¡Vete de mi reino!
-Si-respondió el santo, tranquilo-, me destierras a donde has desterrado a mi Dios.

Rabindranath Tagore.