Dedicado a Dita de la Iglesia que acaba de perder a su marido Eduardo Lázaro.
Dita, yo se que eres una mujer fuerte, aunque tengas alma de niña, pues para ser Cuenta -Cuentos hay que tener alma de niño. Ya ves que en Castrelos se os ha cogido mucho cariño y eso es debido a vuestra sencillez, familiaridad y a ser un poco el alma de cualquier diversión o deporte: Con Eduardo al Frente, siempre teníamos asegurado un final feliz; como profesor de deporte que era, siempre estaba dispuesto a enseñar todo lo que sabia y a llevarlo a la practica. Teníamos pensado que este verano nos diera clases de natación en las piscinas, pero alguien se le adelantó, y contra ese alguien no hay quien pueda, no respeta edad ni respeta nada. Pero como dice la canción de Dyango:
Pero es mejor querer
y después perder,
que nunca haber querido.
Estés donde tu estés,
te recordaré
y estarás conmigo...
Con todo mi cariño, Dita.
Dita, yo se que eres una mujer fuerte, aunque tengas alma de niña, pues para ser Cuenta -Cuentos hay que tener alma de niño. Ya ves que en Castrelos se os ha cogido mucho cariño y eso es debido a vuestra sencillez, familiaridad y a ser un poco el alma de cualquier diversión o deporte: Con Eduardo al Frente, siempre teníamos asegurado un final feliz; como profesor de deporte que era, siempre estaba dispuesto a enseñar todo lo que sabia y a llevarlo a la practica. Teníamos pensado que este verano nos diera clases de natación en las piscinas, pero alguien se le adelantó, y contra ese alguien no hay quien pueda, no respeta edad ni respeta nada. Pero como dice la canción de Dyango:
Pero es mejor querer
y después perder,
que nunca haber querido.
Estés donde tu estés,
te recordaré
y estarás conmigo...
Con todo mi cariño, Dita.