ES DIGNO DE MENCIÒN ESTE TRATADO TAMBIÉN DOCUMENTADO//LAS FOTOGRAFÌA QUE FIGURAN EN ESTE DOCUMENTO CONFIRMAN LO BIEN QUE ESTÀ DOCUMENTADO TODO, ASÌ COMO LA SITUACIÒN ESTRATÈGICA DE NUESTRO PUEBLO HA INFLUIDO EN EL INTERÈS DE LOS DOS REINOS //LEÒN Y CASTILLA// DE CONTROLAR ESE PUNTO DE LOCALIZACIÒN ESTRATÈGICA PARA SUS FINES MILITARES. TODOS LOS CASTROVERDENSES TENEMOS QUE SENTIRNOS ORGULLOSOS DEL PASADO DE NUESTRA TIERRA DE CAMPOS Y ESPECIALMENTEDE LA HISTORIA DE CASTROVERDE DE CAMPOS. NAZARIO MATOS,
LA CARPINTERÌA DE LO BLANCO EN TIERRA DE CAMPOS-SANTA MARÌA DEL RÌO//CASTROVERDE DE CAMPOS//. LUIS VASALLO TORANZO--RAMÒN PÈREZ CASTROCASTROVERDE DE CAMPOSIGLESIA DE SANTA MARÍA DEL RÍO (Declarada Bien de Interés Cultural, 24-111-1994) La localidad de CASTRUM VIRIDE se cita ya en 916en un documento de la catedral de León cuya autenticidadha sido más que cuestionada. En todo caso, sabemos quela villa ya existía desde finales del siglo XI. En la siguientecenturia pasó a depender de la infanta Elvira, hija de AlfonsoVI. Desde entonces, CASTROVERDE DE CAMPOS experimentó un notablecrecimiento como consecuencia de su ubicación en el camino real y por la importancia estratégica de su alcázar, quecobró un notable protagonismo en los conflictos bélicos quesurgieron entre los reinos de León y Castilla. De este modo se fue desarrollando la vida en lalocalidad, especialmente con la concesión de un fuero porAlfonso IX a comienzos del siglo XIII. Por esos años se levantaban siete templos parroquiales (San Salvador, San Nicolás, San Juan, Santa María la Sagrada, San Esteban, Santa Marina y Santa María del Río), lo que da buena cuentadel desarrollo alcanzado. A finales de la Edad Media y durante las centurias siguientes, la posesión de CASTROVERDE DE CAMPOS osciló entre elseñorío (Conde de Altamira, Orden de Santiago) y el realengo, hasta que finalmente Carlos V y Felipe II confirmaronsus fueros. En esos momentos la villa era un foco agrícola, ganadero y comercial de cierta entidad, al que acudían fundamentalmente los vecinos de las localidades próximas. Castroverde poseía un notable patrimonio artístico, en su mayor parte desaparecido o dispersado nohace muchos años. Así lo atestiguan las ruinas de SantaMaría la Sagrada o de San Nicolás. Afortunadamente se haconservado en el Museo Nacional Colegio de San Gregoriode Valladolid, tras su desmonte y venta, la bella techumbreataujerada de esta última parroquia. Gómez Moreno llegó acontemplarla en su ubicación original y la describió como"cuajada de lazo de nueve y doce agujereados, pintada, conun racimo acusado de mocárabes". En ella aparecen algunas labores renacientes (delfines de colas entrelazadas), loque la sitúa en el primer tercio del siglo XVI (Marcos, 2002). p. 39 t Santa María del Río es la única iglesia parroquial de Castroverde que ha llegado íntegra hasta nuestros días. Su tipología arquitectónica e historia constructiva es muy similar a la de los otros templos de la villa. Aunque nos consta su existencia ya en 1169, los más antiguos restos conservad Santa María del Río es la única iglesia parroquial de CASTROVERDE DE CAMPOS que ha llegado íntegra hasta nuestros días. Su tipología arquitectónica e historia constructiva es muy similar a la de los otros templos de la villa. Aunque nos consta su existencia ya en 1169, los más antiguos restos conservados son más tardíos y pertenecen alsiglo XIII. Se trata de la torre, ubicada a los pies, de clara tradición románica, y la portada principal, orientada haciael sur, que se abre con cuatro arquivoltas apuntadas que descansan sobre sencillas columnas adosadas con toscos capiteles vegetales. Restos semejantes aparecen entre las ruinas de las parroquias de San Nicolás y la Sagrada, de ahí que podamos afirmar la existencia de una cierta pujanza económica y constructiva en torno a esasfechas en la localidad. La torre, además, se remata por un curioso chapitel cubierto de vistosas tejas vidriadasde diversos colores, siguiendo una tradición que fue bastante habitual pero que sólo ha logrado pervivir en contados ejemplos de Tierra de Campos (Paredes de Nava, Castromocho, etc.) En el primer cuarto del siglo XVI, coincidiendo con un momento de importante desarrollo económico, el antiguo templo fue totalmente renovado. A los restos citados se añadió una espaciosa nave única, dividida en tres tramos y construida en sillería, tapial y ladrillo, sobre la que se dispusieron varias techumbres de madera separadas por amplios arcos perpiaños de buena cantería. Ante la falta de datos documentales, para fechar esta reconstrucción del siglo XVI resulta fundamental la inscripción que aparece en el púlpito de piedra situado en la nave, donde se puede leer: "estos arcos: se acabaron a M: D: XX (X?) & VII", con la que se fecha almenos parte de la construcción del templo. Este interesante púlpito está decorado con bustos, putti y otros elementos renacentistas. A esta misma campaña constructiva del siglo XVI corresponde igualmente el amplio pórtico que cobija la portada principal, cubierto por una bóveda de crucería con combados, abierta al exterior por un amplio arcoque se aproxima al medio punto, decorado con finas labores vegetales y zoomorfas. En fechas muy próximas selevantó la sencilla portada septentrional, de medio punto con gran dovelaje enmarcado por un alfiz. La iglesia recibió algunas importantes modificaciones en los siglos posteriores, especialmente en sucabecera. Así, a finales del siglo XVII la capilla mayor se encontraba en peligro de derrumbe, de manera que sedecidió desmontar el artesonado que cubría el presbiterio y sustituirlo por una bóveda ornamentada con yeserías, más acorde con el gusto barroco. Esta obra de albañilería corrió por cuenta del maestro leonés Blas deLeón, quien trabajaba en compañía del mayorgano Alonso Martínez (AHPZa, Prot. 7721, ff. 119 y ss.). Los problemas estructurales de esa zona del templo siguieron manifestándose en las décadas siguientes. Aunque se intentó detenerlos en 1747 con la construcción de un grueso estribo que contrarrestan los empujes y diera solideza la fábrica (AHDZa, parroquiales, L. 234-3, fol. 22), finalmente la cabecera se reformó totalmente, levantándoseuna nueva entre 1775 y 1776 (AHDZa, Parroquiales, L. 234-3, fol. 23). Su interior se cubrió con una sencilla cúpula, mientras que al exterior los muros se animaron con labores decorativas de ladrillo. En el presbiterio se reins-M r í /&/ / ji l! Taló el retablo mayor que se había construido unos años antes, rematado con un bello calvario tardogótico. Para adecuarlo alnuevo espacio se le añadió un remate y, en 1802, se pintaronunas perspectivas arquitectónicas "para que llenase el huecode la capilla". Al periodo barroco pertenece igualmente la bóvedaque cubre el tramo de la iglesia más próximo a la cabecera. Porúltimo, a mediados del siglo XIX se le añadió una sacristía, encuya obra se reutilizaron los despojos de la antigua iglesia deSan Juan. Entre el patrimonio mueble que aún atesora estetemplo terracampino cabe destacar el sagrario romanista con escenas de la Pasión y del Antiguo Testamento, realizado por lostalleres romanistas leoneses de finales del siglo XVI. Igualmenteexiste un bello retablo clasicista del segundo cuarto del siglo XVIIen el que se ubica una talla de la Inmaculada Concepción de lasmismas fechas y que sigue el modelo creado por el escultor Gregorio Fernández, así como varias pinturas de interés. Otros retablos laterales igualmente barrocos o rococó completan elmobiliario del templo. Se trata de los de San José, San Lorenzo (1768) o el de la Virgen del Carmen (1781). También se encuentran en su interior varias tallas, entre ellas algunos pasos de Semana Santa y un calvario tardogótico de los primeros años delXVI. De entre todas estas obras destaca el Cristo de las Aguas, una expresiva escultura de mediados del siglo XIV pertenecientea la tipología de los denominados "crucificados dolorosos". Carpintería de armarA pesar de las importantes pérdidas sufridas por elmonumento a lo largo de los siglos XVII y XVIII, cuando huboque desmontar los artesonados de la cabecera y primer tramode la nave, todavía se conservan en el templo tres notablesejemplos de carpintería de armar. Aunque uno de ellos, concretamente el ochavo del coro alto, es elemento ajeno, traído recientemente desde una de las iglesias colapsadas de la villa (Fernández Cabo, 1997, p. 19), todos pueden fecharse a lo largodel segundo tercio del siglo XVI. NAZARIO MATOS
LA CARPINTERÌA DE LO BLANCO EN TIERRA DE CAMPOS-SANTA MARÌA DEL RÌO//CASTROVERDE DE CAMPOS//. LUIS VASALLO TORANZO--RAMÒN PÈREZ CASTROCASTROVERDE DE CAMPOSIGLESIA DE SANTA MARÍA DEL RÍO (Declarada Bien de Interés Cultural, 24-111-1994) La localidad de CASTRUM VIRIDE se cita ya en 916en un documento de la catedral de León cuya autenticidadha sido más que cuestionada. En todo caso, sabemos quela villa ya existía desde finales del siglo XI. En la siguientecenturia pasó a depender de la infanta Elvira, hija de AlfonsoVI. Desde entonces, CASTROVERDE DE CAMPOS experimentó un notablecrecimiento como consecuencia de su ubicación en el camino real y por la importancia estratégica de su alcázar, quecobró un notable protagonismo en los conflictos bélicos quesurgieron entre los reinos de León y Castilla. De este modo se fue desarrollando la vida en lalocalidad, especialmente con la concesión de un fuero porAlfonso IX a comienzos del siglo XIII. Por esos años se levantaban siete templos parroquiales (San Salvador, San Nicolás, San Juan, Santa María la Sagrada, San Esteban, Santa Marina y Santa María del Río), lo que da buena cuentadel desarrollo alcanzado. A finales de la Edad Media y durante las centurias siguientes, la posesión de CASTROVERDE DE CAMPOS osciló entre elseñorío (Conde de Altamira, Orden de Santiago) y el realengo, hasta que finalmente Carlos V y Felipe II confirmaronsus fueros. En esos momentos la villa era un foco agrícola, ganadero y comercial de cierta entidad, al que acudían fundamentalmente los vecinos de las localidades próximas. Castroverde poseía un notable patrimonio artístico, en su mayor parte desaparecido o dispersado nohace muchos años. Así lo atestiguan las ruinas de SantaMaría la Sagrada o de San Nicolás. Afortunadamente se haconservado en el Museo Nacional Colegio de San Gregoriode Valladolid, tras su desmonte y venta, la bella techumbreataujerada de esta última parroquia. Gómez Moreno llegó acontemplarla en su ubicación original y la describió como"cuajada de lazo de nueve y doce agujereados, pintada, conun racimo acusado de mocárabes". En ella aparecen algunas labores renacientes (delfines de colas entrelazadas), loque la sitúa en el primer tercio del siglo XVI (Marcos, 2002). p. 39 t Santa María del Río es la única iglesia parroquial de Castroverde que ha llegado íntegra hasta nuestros días. Su tipología arquitectónica e historia constructiva es muy similar a la de los otros templos de la villa. Aunque nos consta su existencia ya en 1169, los más antiguos restos conservad Santa María del Río es la única iglesia parroquial de CASTROVERDE DE CAMPOS que ha llegado íntegra hasta nuestros días. Su tipología arquitectónica e historia constructiva es muy similar a la de los otros templos de la villa. Aunque nos consta su existencia ya en 1169, los más antiguos restos conservados son más tardíos y pertenecen alsiglo XIII. Se trata de la torre, ubicada a los pies, de clara tradición románica, y la portada principal, orientada haciael sur, que se abre con cuatro arquivoltas apuntadas que descansan sobre sencillas columnas adosadas con toscos capiteles vegetales. Restos semejantes aparecen entre las ruinas de las parroquias de San Nicolás y la Sagrada, de ahí que podamos afirmar la existencia de una cierta pujanza económica y constructiva en torno a esasfechas en la localidad. La torre, además, se remata por un curioso chapitel cubierto de vistosas tejas vidriadasde diversos colores, siguiendo una tradición que fue bastante habitual pero que sólo ha logrado pervivir en contados ejemplos de Tierra de Campos (Paredes de Nava, Castromocho, etc.) En el primer cuarto del siglo XVI, coincidiendo con un momento de importante desarrollo económico, el antiguo templo fue totalmente renovado. A los restos citados se añadió una espaciosa nave única, dividida en tres tramos y construida en sillería, tapial y ladrillo, sobre la que se dispusieron varias techumbres de madera separadas por amplios arcos perpiaños de buena cantería. Ante la falta de datos documentales, para fechar esta reconstrucción del siglo XVI resulta fundamental la inscripción que aparece en el púlpito de piedra situado en la nave, donde se puede leer: "estos arcos: se acabaron a M: D: XX (X?) & VII", con la que se fecha almenos parte de la construcción del templo. Este interesante púlpito está decorado con bustos, putti y otros elementos renacentistas. A esta misma campaña constructiva del siglo XVI corresponde igualmente el amplio pórtico que cobija la portada principal, cubierto por una bóveda de crucería con combados, abierta al exterior por un amplio arcoque se aproxima al medio punto, decorado con finas labores vegetales y zoomorfas. En fechas muy próximas selevantó la sencilla portada septentrional, de medio punto con gran dovelaje enmarcado por un alfiz. La iglesia recibió algunas importantes modificaciones en los siglos posteriores, especialmente en sucabecera. Así, a finales del siglo XVII la capilla mayor se encontraba en peligro de derrumbe, de manera que sedecidió desmontar el artesonado que cubría el presbiterio y sustituirlo por una bóveda ornamentada con yeserías, más acorde con el gusto barroco. Esta obra de albañilería corrió por cuenta del maestro leonés Blas deLeón, quien trabajaba en compañía del mayorgano Alonso Martínez (AHPZa, Prot. 7721, ff. 119 y ss.). Los problemas estructurales de esa zona del templo siguieron manifestándose en las décadas siguientes. Aunque se intentó detenerlos en 1747 con la construcción de un grueso estribo que contrarrestan los empujes y diera solideza la fábrica (AHDZa, parroquiales, L. 234-3, fol. 22), finalmente la cabecera se reformó totalmente, levantándoseuna nueva entre 1775 y 1776 (AHDZa, Parroquiales, L. 234-3, fol. 23). Su interior se cubrió con una sencilla cúpula, mientras que al exterior los muros se animaron con labores decorativas de ladrillo. En el presbiterio se reins-M r í /&/ / ji l! Taló el retablo mayor que se había construido unos años antes, rematado con un bello calvario tardogótico. Para adecuarlo alnuevo espacio se le añadió un remate y, en 1802, se pintaronunas perspectivas arquitectónicas "para que llenase el huecode la capilla". Al periodo barroco pertenece igualmente la bóvedaque cubre el tramo de la iglesia más próximo a la cabecera. Porúltimo, a mediados del siglo XIX se le añadió una sacristía, encuya obra se reutilizaron los despojos de la antigua iglesia deSan Juan. Entre el patrimonio mueble que aún atesora estetemplo terracampino cabe destacar el sagrario romanista con escenas de la Pasión y del Antiguo Testamento, realizado por lostalleres romanistas leoneses de finales del siglo XVI. Igualmenteexiste un bello retablo clasicista del segundo cuarto del siglo XVIIen el que se ubica una talla de la Inmaculada Concepción de lasmismas fechas y que sigue el modelo creado por el escultor Gregorio Fernández, así como varias pinturas de interés. Otros retablos laterales igualmente barrocos o rococó completan elmobiliario del templo. Se trata de los de San José, San Lorenzo (1768) o el de la Virgen del Carmen (1781). También se encuentran en su interior varias tallas, entre ellas algunos pasos de Semana Santa y un calvario tardogótico de los primeros años delXVI. De entre todas estas obras destaca el Cristo de las Aguas, una expresiva escultura de mediados del siglo XIV pertenecientea la tipología de los denominados "crucificados dolorosos". Carpintería de armarA pesar de las importantes pérdidas sufridas por elmonumento a lo largo de los siglos XVII y XVIII, cuando huboque desmontar los artesonados de la cabecera y primer tramode la nave, todavía se conservan en el templo tres notablesejemplos de carpintería de armar. Aunque uno de ellos, concretamente el ochavo del coro alto, es elemento ajeno, traído recientemente desde una de las iglesias colapsadas de la villa (Fernández Cabo, 1997, p. 19), todos pueden fecharse a lo largodel segundo tercio del siglo XVI. NAZARIO MATOS