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El nacimiento de Castilla. 15 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO 800////EXTRACTO DE INTERNET:: El 15 de Septiembre del año 800, el abad Vítulo, acompañado por su hermano, el presbítero Ervigio, daba por fundado el Monasterio de San Emeterio y San Celedonio de Taranco, en Mena, en el «territorio de Castilla» donde habían llegado los foramontanos desde las estribaciones orientales de los Picos de Europa para hacer presuras, es decir, para apropiarse de tierras abandonadas, de tierras de nadie, y «escalidarlas», o sea, limpiarlas, roturarlas y cultivarlas, trocando el erial en terreno productivo. La carta, redactada en latín por el notario Lope recoge los lugares que han localizado y repoblado, dotándolos de casas, iglesias, ganados, huertos, canales y molinos. COMO MUY BIEN EXPRESA SU EDITOR::: /////CASTILLA SE CONVIRTIÒ EN MODELO DE SOCIEDAD POR LOS PILARES DEL COMPROMISO ARMÒNICO DE GANADERÌA Y AGRICULTURA, EN PRIMER LUGAR, DE LA LA FAMILIA NUCLEAR Y SOLIDARIDAD HUMANA, EN SEGUNDO Y FINALMENTE, DE LIBERTAD INDIVIDUAL Y SUMISIÒN PACTADA A LOS PODERES LOCALES, MODELO DE ARTICULACIÒN QUE SE CONVERTIRÀ EN PARADIGMA DE ORGANIZACIÒN SOCIAL PARA TODOS LOS TERRITORIOS MONTAÑOSOS Y PERIFÈRICOS///. CASTILLA FUÈ Y ES LA BASE DE NUESTRA NACIÒN, ""ESPAÑA"" Y DE NUESTRO IDIOMA ""COMÙN"" //EL ESPAÑOL// QUE SE FUNDAMENTA EN ESTOS ORÌGENES MAL QUE LES PESE A LOS LUNÀTICOS INDEPENDENTISTAS PROCEDAN DEL NORTE, DEL NORESTE O DE DONDE SEAN."""CASTILLA""" FUÈ LA BASE DE ESTA NACIÒN QUE SE LLAMARÀ PARA SIEMPRE --"""ESPAÑA"". NUESTRO PUEBLO CASTROVERDE DE CAMPOS DESDE TIEMPOS MILENARIOS PERTENECIÒ Y AYUDÒ A QUE ESTA REALIDAD SE EXTENDIERA NO SOLO POR ESPAÑA SI NO QUE TAMBIÈN COLABORÒ CON SUS HOMBRES ILUSTRES (DIEGO DE ORDÀS) A QUE CRECIERA ESPAÑA POR TIERRA DE HISPANO-AMÈRICA. NAZARIO MATOS.
La palabra Castilla aparece escrita por primera vez en un documento de carácter privado, redactado por un monje, el abad Vitulo, en el año 800, para recopilar lo que había sido su laborrepobladora en los confines orientales del reino astur. En este escrito, Castilla no es otra cosaque un «pequeño rincón», como dirá el Poema de Fernán González a mediados del siglo XIII, situado al oeste de los valles de Losa y Mena, de los que aparece perfectamente diferenciado, eidentificado con las merindades occidentales del norte de la actual provincia de Burgos. Prácticamente al mismo tiempo que los indígenas comienzan a identificar a este territorio conel vocablo latino Castella, los cronistas islámicos que narran las incursiones de sus ejércitossobre el mismo espacio en los años inmediatamente anteriores y posteriores al año 800 denominan a estos mismos valles como al-Qila (los castillos), versión árabe del aquel Castella latiF. Javier Peña Pérez Castilla: de las Merindades burgalesas al Reino de Granada (800-1492) Militaria, Revista de cultura militar 202003, vol. 17 17-36Mapa II: El territorio de Castella en el año 800no.
Sin duda, las enriscadas fortalezas levantadas o rehabilitadas por entonces para defenderlos angostos pasos de acceso a aquellos valles proto castellanos determinaron la fijación deaquel nombre para todo el territorio. Y este nuevo topónimo, el último en incorporarse a la geografía de la comarca, va a gozar, sinembargo, de un éxito histórico sin precedentes.
Pronto, muy pronto, va a desalojar a su predecesor Bardulias, tal como nos recuerdan las crónicas de Alfonso III, escritas hacia el 885. Yantes incluso de esa fecha, hacia el 860, Castilla ya se había superpuesto, como referencia identitaria superior, a los territorios de Primorias, Trasmiera, Carranza y Sopuerta, abriéndose asíal mar, a los valles interiores de Losa, Mena y parte de Valdegovía y a los páramos burgalesesoccidentales hasta el Pisuerga. Todo este variopinto paisaje quedó, en el 860, sometido al conde Rodrigo, primer conde castellano conocido, instalado en la que debemos considerar también la primera capital de Castilla: Amaya (Mapa 3; cuadro 2). Casi al mismo tiempo, Castilla lanza una punta de flecha, por el este, hacia el sistema Ibérico, haciéndose presente en el territorio de Lara (Mapa 3; cuadro 3). Y, en las décadas siguientes, una vez consolidada la retaguardia al norte de los montes Obarenes, se acometerá la expansióntriunfal por los llanos del Arlanzón y del Arlanza, hasta el curso del Duero, donde se instala lafrontera castellana en el 912.
Todas estas llanuras irán tomando forma territorialmente organizada bajo la capitalidad de Burgos, fundada en el 884, a la que progresivamente se irán subordinando las demás «ciudades» de los distritos llaneros que se iban constituyendo al hilo deF. Javier Peña Pérez Castilla: de las Merindades burgalesas al Reino de Granada (800-1492) 21 Militaria, Revista de cultura militar2003, vol. 17 17-36Mapa III: Castilla (800-912). Del Cantábrico al Duero. los avances hacia el Duero. Así, a la «Castilla Vieja» anterior al 860, enmarcada por el litoralcantábrico, al norte, y los Montes Obarenes, al sur, se contrapone la primerísima «CastillaNueva» o «Castilla de Burgos», desbordada desde las atalayas montañosas de aquellosMontes, hasta el cauce del Duero a lo largo de las últimas centurias del siglo IX (Mapa 3; cuadros 4 y 5). Llama la atención, en cualquier caso, el espectacular despliegue del topónimo Castilla enestos primeros años del avance cristiano desde las montañas hacia el sur. Y el fenómeno resulta más llamativo porque durante este tiempo predomina, sobre cualquier otro factor, la iniciativa individual y privada en la determinación de las formas y direcciones del avance repoblador. Las directrices políticas de gran vuelo —las que podía proceder de las instancias centralesdel reino astur— cuando pueden intuirse, apenas podían ser otra cosa que sugerencias confiadas a la buena voluntad y al buen hacer de los numerosos titulares del poder territorial que serepartían, de manera imprecisa y cambiante, el poder condal en los territorios genéricamenteconsiderados como castellanos. Por todo ello, el éxito del topónimo Castilla resulta más llamativo. Sin pretensiones explicativas de carácter dogmático, podemos insinuar alguna causa decarácter socioeconómico para aproximarnos a una intuitiva comprensión del fenómeno. Resulta fácil imaginar que en los valles que conformaron la primitiva Castilla se produjo unaexperiencia exultante de crecimiento y vitalidad, sostenida por los pilares del compromisoarmónico de ganadería y agricultura, en primer lugar, de la familia nuclear y la solidaridadaldeana, en segundo, y, finalmente, de la libertad individual y la sumisión pactada a los poderes locales, modelo de articulación que se convertirá en paradigma de organización social paratodos los territorios montañosos periféricos, primero, y para los más abandonados de los llanos, después. Y con el arquetipo proto castellano de organización socioeconómica se extendería, también, el nombre del suelo donde tal experiencia se gestó. Indudablemente, el modelosufriría retoques sobre la marcha, sobre todo en lo que a la jerarquizaciòn militar NAZARIO MATOS.
La palabra Castilla aparece escrita por primera vez en un documento de carácter privado, redactado por un monje, el abad Vitulo, en el año 800, para recopilar lo que había sido su laborrepobladora en los confines orientales del reino astur. En este escrito, Castilla no es otra cosaque un «pequeño rincón», como dirá el Poema de Fernán González a mediados del siglo XIII, situado al oeste de los valles de Losa y Mena, de los que aparece perfectamente diferenciado, eidentificado con las merindades occidentales del norte de la actual provincia de Burgos. Prácticamente al mismo tiempo que los indígenas comienzan a identificar a este territorio conel vocablo latino Castella, los cronistas islámicos que narran las incursiones de sus ejércitossobre el mismo espacio en los años inmediatamente anteriores y posteriores al año 800 denominan a estos mismos valles como al-Qila (los castillos), versión árabe del aquel Castella latiF. Javier Peña Pérez Castilla: de las Merindades burgalesas al Reino de Granada (800-1492) Militaria, Revista de cultura militar 202003, vol. 17 17-36Mapa II: El territorio de Castella en el año 800no.
Sin duda, las enriscadas fortalezas levantadas o rehabilitadas por entonces para defenderlos angostos pasos de acceso a aquellos valles proto castellanos determinaron la fijación deaquel nombre para todo el territorio. Y este nuevo topónimo, el último en incorporarse a la geografía de la comarca, va a gozar, sinembargo, de un éxito histórico sin precedentes.
Pronto, muy pronto, va a desalojar a su predecesor Bardulias, tal como nos recuerdan las crónicas de Alfonso III, escritas hacia el 885. Yantes incluso de esa fecha, hacia el 860, Castilla ya se había superpuesto, como referencia identitaria superior, a los territorios de Primorias, Trasmiera, Carranza y Sopuerta, abriéndose asíal mar, a los valles interiores de Losa, Mena y parte de Valdegovía y a los páramos burgalesesoccidentales hasta el Pisuerga. Todo este variopinto paisaje quedó, en el 860, sometido al conde Rodrigo, primer conde castellano conocido, instalado en la que debemos considerar también la primera capital de Castilla: Amaya (Mapa 3; cuadro 2). Casi al mismo tiempo, Castilla lanza una punta de flecha, por el este, hacia el sistema Ibérico, haciéndose presente en el territorio de Lara (Mapa 3; cuadro 3). Y, en las décadas siguientes, una vez consolidada la retaguardia al norte de los montes Obarenes, se acometerá la expansióntriunfal por los llanos del Arlanzón y del Arlanza, hasta el curso del Duero, donde se instala lafrontera castellana en el 912.
Todas estas llanuras irán tomando forma territorialmente organizada bajo la capitalidad de Burgos, fundada en el 884, a la que progresivamente se irán subordinando las demás «ciudades» de los distritos llaneros que se iban constituyendo al hilo deF. Javier Peña Pérez Castilla: de las Merindades burgalesas al Reino de Granada (800-1492) 21 Militaria, Revista de cultura militar2003, vol. 17 17-36Mapa III: Castilla (800-912). Del Cantábrico al Duero. los avances hacia el Duero. Así, a la «Castilla Vieja» anterior al 860, enmarcada por el litoralcantábrico, al norte, y los Montes Obarenes, al sur, se contrapone la primerísima «CastillaNueva» o «Castilla de Burgos», desbordada desde las atalayas montañosas de aquellosMontes, hasta el cauce del Duero a lo largo de las últimas centurias del siglo IX (Mapa 3; cuadros 4 y 5). Llama la atención, en cualquier caso, el espectacular despliegue del topónimo Castilla enestos primeros años del avance cristiano desde las montañas hacia el sur. Y el fenómeno resulta más llamativo porque durante este tiempo predomina, sobre cualquier otro factor, la iniciativa individual y privada en la determinación de las formas y direcciones del avance repoblador. Las directrices políticas de gran vuelo —las que podía proceder de las instancias centralesdel reino astur— cuando pueden intuirse, apenas podían ser otra cosa que sugerencias confiadas a la buena voluntad y al buen hacer de los numerosos titulares del poder territorial que serepartían, de manera imprecisa y cambiante, el poder condal en los territorios genéricamenteconsiderados como castellanos. Por todo ello, el éxito del topónimo Castilla resulta más llamativo. Sin pretensiones explicativas de carácter dogmático, podemos insinuar alguna causa decarácter socioeconómico para aproximarnos a una intuitiva comprensión del fenómeno. Resulta fácil imaginar que en los valles que conformaron la primitiva Castilla se produjo unaexperiencia exultante de crecimiento y vitalidad, sostenida por los pilares del compromisoarmónico de ganadería y agricultura, en primer lugar, de la familia nuclear y la solidaridadaldeana, en segundo, y, finalmente, de la libertad individual y la sumisión pactada a los poderes locales, modelo de articulación que se convertirá en paradigma de organización social paratodos los territorios montañosos periféricos, primero, y para los más abandonados de los llanos, después. Y con el arquetipo proto castellano de organización socioeconómica se extendería, también, el nombre del suelo donde tal experiencia se gestó. Indudablemente, el modelosufriría retoques sobre la marcha, sobre todo en lo que a la jerarquizaciòn militar NAZARIO MATOS.