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CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRA DE CAMPOS-CRISTOS GÒTICOS. BUENOS DÌAS SR CUESTA....

TIERRA DE CAMPOS-CRISTOS GÒTICOS. BUENOS DÌAS SR CUESTA. RUEGO POR FAVOR QUE ESTA PÀGINA Nº -6 (SIES) LA INCORPOREN EN EL MENSAJE DE 9 (NUEVE) PÀGINAS QUE HE ENVIADO REITERADAMENTE ESTA MAÑANA Y QUE HA DEJADO DE FIGURAR Y SISTIRUIRLA POR LA PÀGINA 3 (TRES) en repetidas ocasiones. RUEGO POR FAVOR QUE EL TOTAL DEL MENSAJE DE 9 (NUEVE) PÀGINAS  FIGURES CRONOLÒGICAMENTE-GRACIAS. NAZARIO MATOS
PÀGINA.--6ª.
Las dos esculturas miden lo mismo, poco más de dos metros, y sus diferencias másnotables, a primera vista, se deben a intervenciones posteriores, pues el crucificado vallisoletano presenta actualmente una policromía aplicada en el siglo XV y el nudo del paño
de pureza cerrado.

Sus rostros presentan facciones alargadas, especialmente el de CASTROVERDE; son parcos en detalles anatómicos, pero resultan serenos, recordando a los cristos románicos. El de VALDUNQUILLO tiene una expresión más dulce, con los ojos y la boca cerrados como es
habitual a partir del siglo XIV, mientras que el zamorano, de rasgos faciales más duros,
los mantiene abiertos, pues representa a un Cristo vivo, aun agonizante. Los dos tienen
inclinada la cabeza hacia el hombro derecho. En sus frentes puede apreciarse la parte
inferior o el arranque de la primitiva corona real que, en ambos casos, fue cerrada y sustituida por un postizo de espinas, más tardío. El atributo de la corona real, habitual en los
crucifijos románicos, símbolo de Cristo majestad o Cristo Rey, fue sustituido de forma
paulatina por la corona de espinas. La persistencia de este primitivo elemento en los dos
casos debe tratarse de un arcaísmo característico del taller. En la actualidad, lo que queda
de las coronas parece más una diadema que deja caer la melena hacia la espalda y la parte
de atrás de los hombros, dejando las orejas visibles gracias a sus ondulaciones. El cabello
está peinado con raya al medio, separado por surcos curvos y paralelos.

El cuerpo en los dos casos es alargado y sus proporciones son esbeltas. La continui-
dad recta del tronco y las piernas otorga a las imágenes cierta verticalidad, eximiéndolas
de la inclinación característica de ejemplos cronológicamente anteriores, incluso de otros
más tardíos. Doblando las rodillas adoptan un leve movimiento lateral y, al mismo tiempo, hacia delante, como proyectándose hacia el espectador.

Sus formas anatómicas resultan más naturalistas y suaves que las de los Cristos anteriores: aunque presentan el vientre hinchado, abandonan completamente el tratamientoesquemático y lineal de las costillas, tan típico de los crucificados románicos. Los brazos, casi cilíndricos, muy largos y finos desde su nacimiento, están totalmente rectos y
extendidos por encima de la horizontal y sus manos se muestran abiertas. PÀGINA.--6ª.
Las dos esculturas miden lo mismo, poco más de dos metros, y sus diferencias másnotables, a primera vista, se deben a intervenciones posteriores, pues el crucificado vallisoletano presenta actualmente una policromía aplicada en el siglo XV y el nudo del paño
de pureza serrado.

Sus rostros presentan facciones alargadas, especialmente el de CASTROVERDE; son parcos en detalles anatómicos, pero resultan serenos, recordando a los cristos románicos. El de VALDUNQUILLO tiene una expresión más dulce, con los ojos y la boca cerrados como es
habitual a partir del siglo XIV, mientras que el zamorano, de rasgos faciales más duros,
los mantiene abiertos, pues representa a un Cristo vivo, aun agonizante. Los dos tienen
inclinada la cabeza hacia el hombro derecho. En sus frentes puede apreciarse la parte
inferior o el arranque de la primitiva corona real que, en ambos casos, fue cerrada y sustituida por un postizo de espinas, más tardío. El atributo de la corona real, habitual en los
crucifijos románicos, símbolo de Cristo majestad o Cristo Rey, fue sustituido de forma
paulatina por la corona de espinas. La persistencia de este primitivo elemento en los dos
casos debe tratarse de un arcaísmo característico del taller. En la actualidad, lo que queda
de las coronas parece más una diadema que deja caer la melena hacia la espalda y la parte
de atrás de los hombros, dejando las orejas visibles gracias a sus ondulaciones. El cabello
está peinado con raya al medio, separado por surcos curvos y paralelos.

El cuerpo en los dos casos es alargado y sus proporciones son esbeltas. La continui-
dad recta del tronco y las piernas otorga a las imágenes cierta verticalidad, eximiéndolas
de la inclinación característica de ejemplos cronológicamente anteriores, incluso de otros
más tardíos. Doblando las rodillas adoptan un leve movimiento lateral y, al mismo tiempo, hacia delante, como proyectándose hacia el espectador.

Sus formas anatómicas resultan más naturalistas y suaves que las de los Cristos anteriores: aunque presentan el vientre hinchado, abandonan completamente el tratamientoesquemático y lineal de las costillas, tan típico de los crucificados románicos. Los brazos, casi cilíndricos, muy largos y finos desde su nacimiento, están totalmente rectos y
extendidos por encima de la horizontal y sus manos se muestran abiertas. NAZARIO MATOS..