
TIERRA DE CAMPOS. PÀGINA,.4ªEn 1510 tuvieron lugar en Palencia nuevas alteraciones a raíz de la elección de los dos procuradores, uno del estado de los caballeros y otro del estado de los pecheros. Según los vecinos, dichos procuradores (que, como se dijo, eran la primera instancia en la elección de los oficiales del concejo) debían ser designados por la ciudad entera y no de forma privativa por el regimiento. En este caso intervino el monarca prohibiendo expresamente que los vecinos de Palencia pudiesen elegir a estos dos diputados. Pero el asunto se volvió a repetir en 1517, cuando los habitantes de la ciudad procedieron a llevar a la práctica su pasada reivindicación y designaron a dos procuradores que no pertenecían al regimiento. El obispo de PALENCIA declaró entonces, como era habitual en estos casos, el entredicho de la ciudad. Pero esto la enfureció aún más, al punto que 4.000 vecinos armados marcharon cierto día prodigando insultos contra los provisores del prelado, al tiempo que obligaban a un clérigo francés que se encontraba de paso por allí a que les oficiase misa en medio de la plaza. Guerra de las Comunidades de CASTILLA. Guerra de las Comunidades de CASTILLAPalencia y su contorno se sumaron en 1520 a la revuelta de los comuneros, a la cual le prestaron un apoyo muy importante. Inicios del conflicto en Palencia. El 25 de julio de 1520 una delegación presidida por el influyente Diego de Castilla, se presentó ante el regente-cardenal Adriano de Utrecht, con el fin de exponerle las quejas inmemoriales de la ciudad con respecto al nombramiento de los regidores. Pero el cardenal se abstuvo de dar una respuesta concreta a la ciudad, únicamente la invitó a que esperase pacìficamente la decisión del rey, Carlos I. En la ciudad, el corregidor Sebastián de Mudarra intentaba ante todo evitar cualquier exceso por parte de los vecinos. El incendio de MEDINA DEL CAMPO por los realistas generó una gran conmoción en CASTILLA. PALENCIA no fue ajena a ella, y menos a la noticia de que VALLADOLID se había levantado en Comunidad y que el obispo Pedro Ruiz de la Mota acababa de posicionarse en su mitra. El 23 de agosto los vecinos pretendieron asesinar a su hermano y a los canónigos que habían participado en el acto de la toma de posesión del obispado. Asimismo, destituyeron a los regidores designados por el antiguo prelado Juan Fernández de Velasco y procedieron a nombrar otros nuevos: Lorenzo Herrera. Francisco de Villadiego, el viejo. Francisco Gómez de Lamadrid. Luis de Villegas. Pedro de Haro. Andrés de Villadiego. Juan de San Cebrián. Fernando de Palenzuela. Juan de Salazar. Francisco Gómez Delgado. Todos estos comenzaron a celebrar las sesiones habituales con la presencia de los diputados nombrados por la población y la de los representantes de la catedral (que eran el tesorero, el chantre Pedro de Fuentes, Gregorio del Castillo y Diego de Espinosa), con estos últimos desde el 27 de agosto. El corregidor aún siguió al frente de estas asambleas, pero los sucesos que habían tenido lugar lo pusieron en una situación difícil. El día 30 no pudo evitar el envío a la Santa Junta de una delegación formada por Andrés de Villadiego y el licenciado La Torre.
El 22 de septiembre el Ayuntamiento eligió al cronista Gonzalo de Ayora y a Juan Fernández de Madrid como representantes de Palencia en la Santa Junta, reunida en TORDESILLAS junto a la reina Juana. Ante el rumbo cada vez más radical que tomaban los acontecimientos, el 28 de septiembre el corregidor pidió permiso para ausentarse de la ciudad con el pretexto de querer resolver asuntos personales. No obstante, los diputados parroquiales se negaron a dar la autorización pertinente. El 13 de septiembre tres vecinos de VILLAMURIEL protestaron ante la asamblea municipal por el abandono en que tenía el alcaide a la fortaleza de la villa. A la mañana siguiente, la campana concejil tocó a rebato y los vecinos se congregaron frente al ayuntamiento exigiendo que se tomase el castillo de VILLAMURIEL. El regimiento comenzó a deliberar en medio del tumulto, pero los agitadores, cansados de esperar una respuesta satisfactoria, condujeron a la muchedumbre hacia el castillo e incendiaron la casa episcopal derribando la mayor parte de la torre. 5 En los días siguientes el hermano del obispo, García Ruiz de la Mota, se dedicó a hostigar a los pobladores de Palencia y a los mercaderes que se dirigían hacia ella, dificultando el aprovisionamiento. El cardenal Adriano, que había huido de VALLADOLID a mediados de octubre, pensó en algún momento establecerse en PALENCIA, pero la ciudad no mostró mucho entusiasmo en esta idea... NAZARIO MATOS..
El 22 de septiembre el Ayuntamiento eligió al cronista Gonzalo de Ayora y a Juan Fernández de Madrid como representantes de Palencia en la Santa Junta, reunida en TORDESILLAS junto a la reina Juana. Ante el rumbo cada vez más radical que tomaban los acontecimientos, el 28 de septiembre el corregidor pidió permiso para ausentarse de la ciudad con el pretexto de querer resolver asuntos personales. No obstante, los diputados parroquiales se negaron a dar la autorización pertinente. El 13 de septiembre tres vecinos de VILLAMURIEL protestaron ante la asamblea municipal por el abandono en que tenía el alcaide a la fortaleza de la villa. A la mañana siguiente, la campana concejil tocó a rebato y los vecinos se congregaron frente al ayuntamiento exigiendo que se tomase el castillo de VILLAMURIEL. El regimiento comenzó a deliberar en medio del tumulto, pero los agitadores, cansados de esperar una respuesta satisfactoria, condujeron a la muchedumbre hacia el castillo e incendiaron la casa episcopal derribando la mayor parte de la torre. 5 En los días siguientes el hermano del obispo, García Ruiz de la Mota, se dedicó a hostigar a los pobladores de Palencia y a los mercaderes que se dirigían hacia ella, dificultando el aprovisionamiento. El cardenal Adriano, que había huido de VALLADOLID a mediados de octubre, pensó en algún momento establecerse en PALENCIA, pero la ciudad no mostró mucho entusiasmo en esta idea... NAZARIO MATOS..