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CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRA DE CAMPOS DE ESPAÑA Y DE EUROPA::...

TIERRA DE CAMPOS DE ESPAÑA Y DE EUROPA::
PÀGINA Nº 2
1. Camino Primitivo
El primero de todos los itinerarios
La primera senda que llevó peregrinos hasta la tumba del apóstol no fue la que hoy se conoce como Camino Francés, sino un ramal más antiguo que nacía en Oviedo, antigua capital del Reino de Asturias, y que llegaba a Santiago atravesando montañas y bosques por una de las rutas más bellas entre todas las que llevan hasta la ciudad compostelana. Fue Alfonso II el Casto, que reinaba en el siglo IX, quien organizó un viaje hasta aquel remoto lugar en los confines del mundo conocido, probablemente utilizando las calzadas romanas, para confirmar que los restos encontrados por un ermitaño eran los del discípulo de Jesús. Al rey le imitaron muchos otros cristianos que convirtieron aquel camino en una ruta vital por la que también llegarían otros muchos peregrinos europeos hasta la Finisterrae (el fin del mundo, en latín).

Hoy, este viejo camino primitivo, totalmente recuperado, se ha convertido en una de las alternativas más interesantes para llegar a Santiago. Son unos 300 kilómetros que se pueden hacer por etapas en 12 días, transitando entre lugares llenos de tradición e historia, entre hórreos y muros de piedra. Es una senda más aventurera y mucho menos masificada que la ruta más convencional, aunque está perfectamente señalizada y nos conduce por lugares como Grado, Salas, Tineo, Grandas de Salime (en Asturias) o A Fonsagrada, Castroverde (en Lugo) y Melide, localidad coruñesa donde enlaza con el Camino Francés.

2. El Camino de la Lana
Trashumancia y peregrinaje por la España vacía
Para los amantes de las vías poco transitadas, el Camino de la Lana recupera una ruta íntima y solitaria que va desde los puertos de la costa valenciana hasta Burgos, atravesando las regiones menos pobladas de la Península. Su gran valor radica en el patrimonio artístico y popular que descubre a su paso, cruzando la serranía de Cuenca y la Alcarria por caminos de tierra y pistas forestales sin asfaltar. Podremos optar por partir de Valencia o de Alicante, en dos variantes que se unen a partir de la localidad conquense de Monteagudo de las Salinas, para seguir por Cuenca, Trillo, Atienza, San Esteban de Gormaz y Santo Domingo de Silos, paradas todas con mucha historia y arte medieval que sorprenden en lo que hoy es el corazón de la “España vacía” o “la Laponia española”, como se conocen algunas zonas sorianas.

Este Camino de la Lana, de unos 600 kilómetros, recupera además una de las rutas comerciales más antiguas de la Península: la que unía los centros productores de lana de oveja de la Mancha con la ciudad de Burgos. Durante siglos, los pastores, esquiladores, ganaderos y comerciantes (además de millones de ovejas) transitaron por esta ruta y dieron lugar a una floreciente industria que tuvo su momento álgido en los siglos XVI y XVII. Es un camino que perdió su razón de ser con la decadencia de este comercio y fue despoblándose poco a poco. La mayor parte del trazado coincide con otra ruta histórica, el Camino del Cid, que fluye en sentido opuesto, en dirección a Valencia, siguiendo la pista de los lugares, parajes y castillos que aparecen en el Cantar de mío Cid., NAZARIO MATOS.