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CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRAS EXTREMEÑAS Y DE ESPAÑA: PÀGINA Nº2Las consecuencias...

TIERRAS EXTREMEÑAS Y DE ESPAÑA: PÀGINA Nº2Las consecuencias de los embalses franquistasPueblos, aldeas y la vida de miles de personas quedaron hundidas para siempre en uno de los proyectos más grandes que han marcado el mapa actual de España, y con ellos también lo hicieron monumentos y conjuntos arqueológicos de todo tipo. Ese es el caso del Dolmen de Guadalperal, un conjunto megalítico de más de 5.000 años de antigüedad que tras más de seis décadas sumergido ahora surge de las aguas y con él la reivindicación de un cuidado del patrimonio que no existió entonces. A principios de los años 60, concretamente en 1963, los terrenos fértiles del norte de Cáceres fueron objetivo de las autoridades franquistas. Era la época dorada de las hidroeléctricas cuando le llegó el turno a las tierras del noreste cacereño que lindan con la provincia de Toledo. Todo lo que había entonces entre las localidades de Peraleda de la Mata, El Gordo, Berrocalejo y Bohonal de Ibor, entre otras, desapareció ante la inmensidad del embalse de Valdecañas. Cuarenta años atrás, en 1926, el sacerdote y arqueólogo alemán Hugo Obermaier había descubierto allí un complejo megalítico, pero su insistencia no fue suficiente para que las autoridades de la época le dieran importancia. Y no solo eso, aquel suelo estaba repleto de historia que reposaba sobre él o enterrada deliberadamente por nuestros antepasados. Por lo tanto, con Valdecañas también quedaron anegados otros restos arqueológicos de gran valor, como la antigua ciudad de Augustóbriga, una población romana construida en la ribera del Tajo. Vista aérea del dolmen. Fuente: Nación Rotonda - FlickrMás de 5.000 quedaron bajo el aguaAsí, solo la sequía permite en la actualidad entrever unos restos cada vez más erosionados, cada vez más entregados a la voluntad del agua que una vez depositaron sobre ellos. Cuando el nivel del pantano está bajo mínimos, columnas, dólmenes y otras edificaciones ancestrales aparecen como un intento de la historia por pedir socorro. De Augustóbriga, conocida en la Edad Media como Talavera la Vieja, se lograron salvar partes de dos de sus templos antes del desastre, restos fueron trasladados a un cerro próximo junto a la carretera que une Navalmoral de la Mata y Guadalupe, donde reposan en la actualidad. Sin embargo, a pocos kilómetros de aquel asentamiento, el dolmen de Guadalperal no corrió el mismo atisbo de suerte. Lo que ahora recibe el mismo nombre que el pantano bajo el que ha permanecido olvidado, esta colina artificial repleta de grandes piedras colocadas concientemente en vertical, conocidas como ortostatos, fue una vez un lugar de enterramiento. “Por sus características y proximidad con el Dolmen de Azután (Toledo) podemos conocer la filiación cultural"Antes de que el tiempo, la voluntad del franquismo y el agua acumulada pasaran sobre él, este lugar era mucho más de lo que puede verse hoy en época de lluvia escasa. La estructura en forma de túmulo contaba con un pasillo y una sala interior. Las grandes piedras que aún se sostienen en pie daban forma a las paredes de un cementerio comunal o necrópolis. Sobre ellas, otras piedras o losas hacían de techo. Todo ello era después cubierto de tierra a modo de protección. Así, lo que sobrevivió siglo tras siglo no lo hizo a las preferencias de la dictadura.,, NAZARIO MATOS..