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CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRAS DE CAMPOS - CASTILLA Y LEÒN::...

TIERRAS DE CAMPOS - CASTILLA Y LEÒN::
ALFONSO X EL SABIO: VIII CENTENARIO DE SU NACIMIENTO Y SU HUELLA EN VALLADOLID. PÁGINA Nº 4. Inmediatamente después, según las costumbres de la época entre la nobleza, el infante fue separado de sus padres y criado en el campo, alejado de los avatares de la Corte. Para ello, su abuelo le crió en los pueblos burgaleses de Villa delmiro y Celada, que formaban parte de las propiedades de García Fernández. También parece que alguna temporada pasó en el municipio orensano de Villamayor, también de su ayo, donde seguramente entraría en contacto con la lengua gallega. De sus maestros y su educación nada más se conoce.
Entre la nobleza se daba mucha importancia a estos primeros años, y el propio Alfonso lo relató en sus Partidas cuando en ellas se trata de las características que debe reunir el ayo y el ama: deben educar a los niños en el comer, beber y folgar, de tal manera que lo hagan bien yo, y enseñarles en el buen entendimiento para que hagan el bien. Sobre el ama escribió que para una buena crianza de un noble, debe ejerce gran influencia en el niño pues le da la teta durante mucho más tiempo de lo que lo hace la madre, por lo que las amas de los reyes deben tener leche bastante, ser bien acostumbradas, sanas, hermosas y de buen linaje… y que esas cualidades se transmiten a la criatura que amamantan. Todo indica que tuvo una infancia placentera, aunque con diez años ya participó en una cabalgada en tierras andaluzas, de donde las tropas castellanas volvieron con un rico botín. De los lugares de su infancia da fe el propio Alfonso, que escribió: “don Garcí Fernández e su mujer doña Mayor Arias me criaron e me fizieron muchos servicios e sennaladamiente… me criaron en Villa delmiro e en Celada”.
La documentación del señor de Villa delmiro se guarda en el Monasterio Cisterciense de Sana María la Real, en el municipio de Villamayor de los Montes. Doña Violante, fundadora del convento de San PabloPoco sabemos de cómo fue el matrimonio del aún infante Alfonso con doña Violante, hija de Jaime I de Aragón, conocido como el Conquistador. Entre las variadas hipótesis, seguiremos la de José Hinojosa Montalvo publicada en el Diccionario de la Real Academia de la Historia: en 1240 Fernando III escoge a doña Violante como esposa para su hijo Alfonso; en noviembre de 1246, en Valladolid, se formaliza el contrato matrimonial con la bendición nupcial; y quizá el 29 de enero de 1249, cuando Violante contaba 12 años, también en Valladolid se celebraron las bodas con la consiguiente consumación matrimonial. El lugar del matrimonio no está nada claro y, según autores, pudo ser en la capilla del Alcázar Real o en la Colegiata. Sabemos que antes de aquella boda hubo dos intentos fallidos de matrimonio de Alfonso: uno con Blanca de Champagne y Navarra, y después con Felipa de Ponthieu, hermana de Juana, la segunda esposa de Fernando III el Santo. Fruto de aquel matrimonio fueron once descendientes, algunos de los cuales nacieron y murieron en Valladolid. Mas, también hay que decir que fuera del matrimonio llegó a tener hasta cinco hijos con varias amantes. A partir del matrimonio, la relación de Alfonso y su esposa con Valladolid tuvo bastante intensidad, más allá de asuntos políticos.
Doña Violante protegió a los frailes menores franciscanos, que hacia 1230 se asentaron en unos terrenos a las afueras de Valladolid que les había cedido doña Berenguela: exactamente a la altura del río Olmos (junto al actual puente de Arturo Eyries). Pero era un lugar insalubre y excesivamente lejos de la población para unos monjes que vivían de la caridad y la limosna. Así que doña Violante les ayudó al traslado facilitándoles  casas  y terrenos en lo que más tarde sería la plaza Mayor de Valladolid, y que  fue el famoso e histórico convento de San Francisco. Aquello se materializó mediante sendos “diplomas” firmados por doña Violante en Sevilla los años 1267 y 1269. Destacada es también la intervención de doña Violante, que contribuyó que en Valladolid se asentará la orden mendicante de los dominicos. La primigenia construcción del convento de San Pablo se hizo hacia 1276 merced a una donación de doña Violante, que, entre otras cosas, cedió los terrenos para su edificación. El palacio de Mirabel en la OveruelaOtra importante relación alfonsina con Valladolid, amén de cuantas veces recaló temporalmente en la villa, viene de la mano de la tradición. La historiografía tradicional vallisoletana sostiene que los jurisconsultos reunidos por Alfonso X para elaborar las famosas Partidas, se alojaron en el palacio real de Mirabel de Valladolid, que estaba alejado de la corte y así disponían de sosiego para sus debates. La verdad es que esta afirmación no tiene soporte documental que la justifique. Juan Agapito y Revilla dice en su libro “Las calles de Valladolid” que sí existió tal palacio.  Este palacio, acaso más bien una casa de recreo, estaba en la margen derecha del Pisuerga al principio del actual barrio de la Overuela. Al parecer se construyó junto a la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe que había en el lugar.  Agapito y Revilla dejó escrito que sus ruinas aún eran reconocibles mediado el siglo XIX.,, NAZARIO MATOS..