CASTROVERDE DE CAMPOS: LA VIDA SIGUE PARA ESTE GRAN Y "JOVEN"  HOMBRE:: ""GONZALO...

LA VIDA SIGUE PARA ESTE GRAN Y "JOVEN"  HOMBRE:: ""GONZALO SUÁREZ"":: PÁGINA Nº 2
«Sí, porque mi hermano y yo tuvimos el mejor profesor del mundo, absolutamente vocacional. Mi padre era catedrático de francés. Tenía una cultura muy amplia y sobre todo una vocación de enseñar asombrosa. Incluso llevaba un diario de nosotros, detalladísimo. Nos bombardean, pero él no hablaba de eso, sino de si nos salía un colmillo. Todo quedaba registrado. Tengo toda mi infancia como si hubiera estado chequeado por la Policía. Y luego yo me he convertido en alguien que ya no lleva nunca una agenda ni un reloj y no sé en qué día vivo ni qué hora es». Pese a todo, su memoria y los cuadernos de su padre son mucho más fiables que registros electrónicos como IMDb y la Wikipedia. En el portal de cine dedican tres líneas a su biografía y se inventan que nació con el nombre de José. En el segundo, en las cuatro líneas en las que resumen su carrera en la versión inglesa pierden una en comentar que hizo de actor para Almodóvar en ' ¿Qué he hecho yo para merecer esto?'. «En cambio, no comentan que Pedro empezó trabajando con mi mujer, Hélène, en un empleo que le proporcioné cuando todavía hacía cortos y trabajaba en Telefónica. Llevaba las latas con los rollos de los 'spots' publicitarios que hice después de renunciar a 'La colmena'. Trabajé cinco años en anuncios para poder producir 'Epílogo'». Gonzalo Suárez, en 2019 - EfeLo de 'La colmena' ayuda a explicar por qué casi nunca ha dirigido los guiones de otros ni escrito películas ajenas: «Abandoné 'La colmena' después de dos años, por falta de afinidad con el productor, José Luis Dibildos, y con Cela incluso. Hubo un momento en que les devolví el guión y les dije que lo dejaba. Luego él hizo la película y no me firmó en el guión, pero eso es lo de menos. No me encontraba a gusto con la mirada costumbrista. No me va». BiografíaEn ese desapego a la realidad, que traslucen sus películas y sus libros, Suárez sabe que «la historia lineal siempre es falsa», lo que demuestra en esta entrevista dando saltos como un Cinexin, en los que da gusto seguirlo. Quizá por eso rechazó escribir su autobiografía, aunque se ha visto atrapado en la que prepara una de sus hijas. No piensa ejercer de censor: «No sé lo que sacará. Tiene demasiado para tratar a un padre. Me complica que sea mi hija. Es terrorífico». Es un miedo relativo, porque luego confiesa que en las entrevistas que le hacen prefiere «que estén bien escritas», aunque se tomen sus licencias. «Tampoco hay en juego ninguna cuestión importante y el género es el que me gusta más del periodismo», justifica.
Es un camino que, como casi todos, da a parar al cruce del azar: «Todo tiene un mucho de casualidad. Mira un partido de fútbol. El cronista lo cambia todo si el balón entra por milímetros o da en el palo. Cuando has jugado sabes que, incluso jugando mal, puede entrar. La suerte es fundamental, en la vida misma». Gonzalo corre lanzado por la banda: «Me entra casi un sofocón de pensar que no atrapas el momento. Se acentúa con la edad de forma vertiginosa, no ya porque el tiempo pase más deprisa. El pecado no es acostarte con Margarita, el pecado es decir: tiempo, detente. Se nos va». Gonzalo Suárez, que ha tenido varias vidas, una de ellas bajo el pseudónimo de Martín Girard, aprovecha aquí para corregir un error habitual de sus 'biógrafos'. «Dicen que fui cronista deportivo y no es verdad. Nunca he hecho una crónica de un partido de fútbol, quizá de boxeo sí. Lo que me gustaba de verdad eran las entrevistas». En este campo destaca el libro 'Con la suela de mis zapatos' (Seix Barral), en el que se recopilan algunos de sus escritos deportivos, un oficio que derivó de los informes que escribía para el Inter de Helenio Herrera. La progresión es asombrosa, aunque él la resume con un elegante pase al hueco. «Helenio me pidió que hiciera una entrevista, gustó mucho en la revista 'Dicen y lean' y a mí eso me apasionó».
Suárez trata de no ponerse nostálgico, aunque confiesa que sí añora a algún productor y no quiere que esta charla termine sin destacar a Joaquín García-Quirós, con el que sacó adelante la película animada 'El sueño de Malinche', hace un par de años. Deportista no del todo saludableJosé Luis Garci decía hace poco que habría cambiado el Oscar por un Mundial de fútbol. «Yo en todo caso elegiría el boxeo, pero también en eso me gustaban los estilistas, casi perdedores. El boxeo tiene un fallo flagrante, que es la decisión a los puntos. Como para evitar eso solo cabe tirar al rival de espaldas, yo era más estilista, como Chaplin, un especialista en el escape».«Mi historial de amigos alcohólicos son una lección en ambos sentidos, no necesariamente por el lado negativo»Gonzalo SuárezIncluso para hacer deporte, Gonzalo Suárez se ha saltado todas las recomendaciones de la OMS que ha podido, aunque ya ha abandonado el Johnny Walker etiqueta negra y se descuida con menos afán que antes. «Me he pasado al vino. No por prescripción. Para ser sincero, por las noches ya no tomo nada, soy frugal, salvo en alguna celebración, pero a mediodía no tengo límite. Mi historial de amigos alcohólicos son una lección, en ambos sentidos, no necesariamente por el lado negativo. He admirado a personas que tenían adicciones fuertes y que cuando se veían obligados a prescindir, se notaba, se convertían en mayores decrépitos. La vida son asaltos de tanteo. Vas viendo qué excesos te convienen más»... NAZARIO MATOS..