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CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRAS DE ESPAÑA:: PÁGINA Nº 3....

TIERRAS DE ESPAÑA:: PÁGINA Nº 3.
 
Se da un proceso vital que en la agricultura convencional, a causa del laboreo, no sucede. “Se trata del incremento del secuestro de carbono en el suelo, hablamos de media de en torno a una tonelada por hectárea/año. Nosotros llevamos a cabo diversos proyectos dentro del programa Life de la Unión Europea, como es el proyecto Life Agromitiga de la Unión Europea, donde en parcelas con Agricultura de Conservación tanto de siembra directa como con cubiertas vegetales estamos observando incrementos del secuestro de carbono de un 13% respecto a parcelas que están manejadas de manera convencional”, asegura Veroz. “Actualmente tenemos una superficie trabajada con Agricultura de Conservación de más de 2 millones de hectáreas y eso supone que estamos secuestrando 9,9 millones de toneladas anuales. Esa cifra compensa el CO₂ emitido por 2 millones de vehículos funcionando durante todo un año”, resume. VENTAJAS PARA EL AGRICULTOR“Si lo analizamos desde el punto de vista del agricultor es un tipo de práctica que tiene bastante ventajas”, subraya por su parte Jordi Esteve Bargues, socio responsable del equipo de Economics de PwC en España. “La primera prerrogativa es un ahorro de tiempo. Evitar el laboreo supone salir menos con el tractor y eso implica más tiempo libre obviamente para ocio pero también para poder diversificar las rentas agrícolas. Algo que nos parece fundamental a la hora de intentar fijar población en el territorio es diversificar las fuentes de riqueza del campo combinándolo por ejemplo con el turismo sostenible o la apicultura. La segunda virtud es el ahorro de combustible derivado de no salir con el tractor a labrar. Esa reducción del combustible, otro beneficio medioambiental adicional a los que ha comentado Óscar, supone un ahorro importante para el agricultor que revierte en sus cuentas anuales y mejora la rentabilidad de las explotaciones. Además, al ser unos cultivos que retienen más el agua, la productividad media de esos terrenos es más alta. Con lo cual desde el punto de vista del agricultor es un claro ejemplo de negocio donde salen los números”, resume. Esto precisamente explica el crecimiento experimentado en la implantación de la Agricultura de Conservación durante los últimos años. “Ahora mismo aproximadamente un 15% de la superficie agrícola española está usando esta práctica. En la última década las tasas de crecimiento han sido muy importantes, por encima del 4,5% anual. Eso significa que de 10 años a esta parte hemos incrementado un 60% la superficie cultivada con este tipo de técnicas. De cara al futuro podríamos llegar a estar por encima del 95% como potencial. ¿La velocidad a la que podemos converger en eso? Es difícil hacer previsiones porque depende de muchos factores: la regulación, el discurso político y también la capacidad que como agentes tengamos también de convencer a esos agricultores porque, aunque para los agricultores es rentable, es verdad que hay algunos frenos culturales, formativos o de información que hacen que todavía tengamos mucho camino que recorrer”.
En la actualidad ya hay más de 100.000 personas empleadas alrededor de la Agricultura de Conservación de forma directa y 2.200 millones de euros de contribución directa al PIB. Es además una actividad económica que genera efectos en otros sectores, como la maquinaria agrícola, los insumos, semillas, etc. El aporte social de la Agricultura de Conservación también es reseñable. “Incide en un tema fundamental como es el de la España vaciada. Si desde el punto de vista de los agricultores hay una mejora de la rentabilidad, desde el punto de vista social hay una ventaja fundamental que es la generación de empleo, en sitios donde es especialmente interesante”, apunta Esteve. 

Tenemos que ser capaces de avanzar a modelos en los que la gestión no sea de crisis sino de riesgos y de oportunidades.. NAZARIO MATOS..