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CASTROVERDE DE CAMPOS: TIERRA DE CAMPOS -Y LAS DOS CASTILLA:: PÁGINA Nº 3....

TIERRA DE CAMPOS -Y LAS DOS CASTILLA:: PÁGINA Nº 3.

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Imagen de la derrota. El 23 de abril de 2021, los rebeldes fueron derrotados en la batalla de Villalar. En la imagen: su rendición pintada por Manuel Picolo López.
Quinientos años después, la epopeya comunera es sugestiva por cómo nos invita a la reflexión sobre los límites en el ejercicio del poder, también sobre la fuerza del descontento de las capas sociales que no encuentran en el sistema las oportunidades que demandan, e incluso sobre el carácter castellano, diluido con el tiempo y tras la derrota de Villalar en el espíritu español, pero que se adivina una y otra vez tras acontecimientos de nuestra historia que llegan hasta el mismísimo presente. Y a quien se acerca a esta historia desde la literatura le impresiona la galería extraordinaria de personajes -muchos de ellos, desconocidos para el gran público- que apenas si retiene los apellidos de esos tres capitanes incorporados al callejero y representados en el famoso cuadro de Gisbert, con atavíos mucho más vistosos de los que seguramente llevaron al patíbulo, a donde cabe suponer que se los empujó apenas cubiertos con una saya, como era habitual.

El arrojo y Carisma de los cabecillas
Están esos personajes, sin duda, entre los tres capitanes, de los que destaca sobre todos Juan de Padilla, un joven regidor toledano que por su carisma y valor acabó siendo el caudillo del ejército de las Comunidades y un verdadero ídolo de masas. Su nobleza de carácter la reconocen incluso sus enemigos y queda atestiguada en sus cartas, en las que deplora el dolor que la guerra produce a la población civil y refiere las disposiciones que toma para evitar los excesos sobre ella de su tropa enardecida. También en su sacrificio final, en esa carga lanza en ristre al frente de unos pocos jinetes contra una formación de miles de lanzas enemigas, con la que emula el coraje de los paladines castellanos de los viejos poemas épicos, Fernán González y Mio Cid, e incluso anticipa el desprendimiento insensato del buen caballero don Quijote de la Mancha. La paradoja es que con esa imagen, de rancio aroma medieval, Padilla afirma la convicción de la revolución que defiende, y proyecta así al futuro una señal rotunda contra el abuso de los poderosos sobre los débiles.,, NAZARIO MATOS..