TIERRA DE CAMPOS Y DE LA ESPAÑA DESPOBLADA:: PÁGINA N1 3. Ciudad pequeña, pueblos poderososEn el inicio del siglo XX, Zamora capital apenas contaba con 16.200 habitantes, pero la provincia al completo se situaba en torno a 275.000. Así, en los años previos a la Guerra Civil, municipios como Corrales, Vezdemarbán, Fuentelapeña, Villalpando o Villanueva del Campo superaban con creces los 2.000 habitantes y vivían sus momentos de mayor esplendor demográfico de la recién estrenada centuria. A la cabeza de esa realidad floreciente, Fermoselle llegó a superar los 4.600 habitantes y Fuentesaúco se instaló en los 3.600. Además, durante esta etapa, más de 70 municipios superaban los mil habitantes, lo que habla a las claras del poderío de aquel medio rural, que siguió creciendo tras la contienda. Los años previos al éxodoLas décadas centrales del siglo XX fueron duras desde muchos puntos de vista, en pleno mando de la dictadura, pero demográficamente hablando situaron a Zamora en cifras que no ha vuelto a rozar desde entonces. A nivel general, la provincia se instaló por encima de los 300.000 habitantes, y las cabeceras de comarca mantuvieron su empuje mientras la capital crecía a marchas forzadas. El censo de 1950 colocó al territorio con 315.000 personas, casi 150.000 más que las que tiene ahora, y dibujó un escenario con trece ayuntamientos más por encima de los 2.000 individuos. Ahí se encontraban Benavente, Cobreros, Fermoselle, Fuentelapeña, Fuentesaúco, Galende, Morales de Toro, Riofrío de Aliste, Toro, Trabazos, Vezdemarbán. Villalpando y Villanueva del Campo. Además, en total, 91 municipios superaban el millar de vecinos, lo que da una idea de un mapa provincial con unos referentes por zona que iría perdiendo a medida que avanzaron los años. Los primeros golpesCuando se publicó el censo de 1970, comarcas como Aliste o Sanabria ya habían visto caer con dureza a sus municipios medianos. Los trece ayuntamientos por encima de 2.000 habitantes que convivían en Zamora veinte años antes habían caído casi a la mitad, hasta los siete. No en vano, la provincia dejó escapar en esos años 65.000 habitantes, el equivalente a algo más de la suma de las poblaciones actuales de la capital y Morales del Vino. De 91 localidades por encima de mil personas se pasó a 56.
Una tendencia que se mantuvoLos años 80 y 90 solo sirvieron para profundizar en el drama demográfico que empezaba a asolar a Zamora. Se habla mucho de la despoblación de las últimas décadas, pero la caída más grave se produjo entonces. En 1981, la provincia tenía solamente 223.000 habitantes, casi 100.000 menos que treinta años antes; en los cuarenta años posteriores ha perdido cerca de 60.000 más. Por ese agujero se escapó la vida de los ayuntamientos más boyantes de los territorios que ahora padecen de manera más cruenta el castigo poblacional. El ejemplo de Fermoselle, con menos de 2.000 personas ya en 1991, resulta paradigmático e ilustra una decadencia que no se ha sabido corregir desde entonces... NAZARIO MATOS.
Una tendencia que se mantuvoLos años 80 y 90 solo sirvieron para profundizar en el drama demográfico que empezaba a asolar a Zamora. Se habla mucho de la despoblación de las últimas décadas, pero la caída más grave se produjo entonces. En 1981, la provincia tenía solamente 223.000 habitantes, casi 100.000 menos que treinta años antes; en los cuarenta años posteriores ha perdido cerca de 60.000 más. Por ese agujero se escapó la vida de los ayuntamientos más boyantes de los territorios que ahora padecen de manera más cruenta el castigo poblacional. El ejemplo de Fermoselle, con menos de 2.000 personas ya en 1991, resulta paradigmático e ilustra una decadencia que no se ha sabido corregir desde entonces... NAZARIO MATOS.