De pastor alistano a “amo” en Frankfurt:: PÁGINA Nº 5. En Alemania, reconoce “caí de pie” y entró a trabajar en el sector ferroviario: departamento de autobuses donde había una gasolinera y los alemanes no querían hacer horas extraordinarias. Los españoles si: “No sé porque me verían un poquitín más tonto o un poquitín más listo me dijeron que si quería ir y yo porque no voy a ir”. Le enseñaron a conducir para cuando dejaban un coche en la gasolinera coger echarle gasolina y llevarlo para el taller, para el aparcamiento garaje o donde fuera. Cuatro semanas de clases: solo le hicieron falta la mitad, “a las dos aprendí y después allí casi era yo el amo. El jefe”. Así, con 45 años tomó una de las decisiones más importantes de su vida: emigrar a Alemania. El 1 de febrero de 1966 salió camino de Frankfurt y allí estuvo hasta 1985. Tras pasar las vacaciones pendientes en Aliste regresó el 1 de abril a Alemania a liquidar todo: “Fuí para un año y estuve 20”.
Ya en España llegó el momento de rehacer la vida. Andrés y María estuvieron 10 días en casa de Ramón Mata en Madrid para comprar una pensión. “Ya nos la tenía encargada Ramón. La suya estaba a la derecha y la nuestra a la izquierda. Pero María dijo que no, que a ella le comprara unas cabras. Dijo Ramón que si tenía el dinero que porqué no se lo dejaba y la compraba él y después me lo devolvía. Pues nada yo llevaba el dinero en el bolso para comprarla para mi y se lo deje para comprarla el”. Regresaron al pueblo y cumplió el deseo de su amada María: “Fui al banco saque dinero y le compre las cabras”. Muchos días llegaba a casa y sonaba el teléfono, al relevo se le puso la madre mala, el niño se cayó u otra cosa: “En navidades y fiestas siempre tenía que trabajar dos jornales y le tenían muy bien mirado. Mande muchísimo dinero, algunos meses 400.000 pesetas. Nací en la casa más pobre el pueblo y mira lo que hay aquí. Muchos vendieron alguna cortina para hacer la casa, yo no vendí ninguna, yo las compré”. De Alemania traía en cada viaje una maleta llena de pañuelos merinos que revendía en Pobladura: “hice mucho dinero”. Andrés apagó la vela del centenario, goza de buena salud, conserva memoria y movilidad: “Estoy casi como un mozo”. Andrés apagó la vela del centenario, goza de buena salud, conserva memoria y movilidad: “Estoy casi como un mozo”. El 1 de febrero de 1966 salió camino de Frankfurt y allí estuvo hasta 1985: “Fui para un año y estuve 20”
.. NAZARIO MATOS..
Ya en España llegó el momento de rehacer la vida. Andrés y María estuvieron 10 días en casa de Ramón Mata en Madrid para comprar una pensión. “Ya nos la tenía encargada Ramón. La suya estaba a la derecha y la nuestra a la izquierda. Pero María dijo que no, que a ella le comprara unas cabras. Dijo Ramón que si tenía el dinero que porqué no se lo dejaba y la compraba él y después me lo devolvía. Pues nada yo llevaba el dinero en el bolso para comprarla para mi y se lo deje para comprarla el”. Regresaron al pueblo y cumplió el deseo de su amada María: “Fui al banco saque dinero y le compre las cabras”. Muchos días llegaba a casa y sonaba el teléfono, al relevo se le puso la madre mala, el niño se cayó u otra cosa: “En navidades y fiestas siempre tenía que trabajar dos jornales y le tenían muy bien mirado. Mande muchísimo dinero, algunos meses 400.000 pesetas. Nací en la casa más pobre el pueblo y mira lo que hay aquí. Muchos vendieron alguna cortina para hacer la casa, yo no vendí ninguna, yo las compré”. De Alemania traía en cada viaje una maleta llena de pañuelos merinos que revendía en Pobladura: “hice mucho dinero”. Andrés apagó la vela del centenario, goza de buena salud, conserva memoria y movilidad: “Estoy casi como un mozo”. Andrés apagó la vela del centenario, goza de buena salud, conserva memoria y movilidad: “Estoy casi como un mozo”. El 1 de febrero de 1966 salió camino de Frankfurt y allí estuvo hasta 1985: “Fui para un año y estuve 20”
.. NAZARIO MATOS..