CASTROVERDE DE CAMPOS: "Que vengo de moler, morena....":: PÁGINA Nº 4....

"Que vengo de moler, morena....":: PÁGINA Nº 4.
A la izquierda el molino del Pozo la Olla en Figueruela de Arriba y varios senderistas visitando. A la derecha interior del molino. | Silvia Sanabria SILVIA SANABRIA CUNQUEROEl proceso continuaba con la carga de los sacos del cereal en el carro de la burra o en el de las vacas. No era raro tampoco ir con algún rapaz o rapaza de la familia para hacer compañía y ayudar en la molienda. Alguno lo haría encantado, pero otros íbamos con la tripa encogida. Nos movía un poco la emoción de vivir una aventura diferente –para un rapaz de aquella época, pasar una noche fuera de casa lo era–, aunque también era mucho el miedo que se pasaba. Leyenda o no, también los lobos solían acercarse sin ser llamados. No eran ellos los intrusos, en pleno monte, éramos nosotros los que invadíamos su hábitat. Mi padre solía llevar la burra y es sabido que estos animales tienen en las orejas una gran detector del peligro. Si se ponían tiesas y las patas no caminaban, malo... los lobos no andaban muy lejos. Aunque la mayoría de veces no se veían, se intuían. Podías imaginar toda una manada observándote desde la espesura del monte. Cuenta la leyenda que en el camino de vuelta unos ojos acechaban en la espesura, acompañando el trayecto hasta la entrada del pueblo. Dependiendo de quién la contará y de quién era el oyente, el número de acompañantes aumentaba ligeramente. Ese miedo no lo quitabas en años, alimentado por esas leyendas, que como todas, no estaban exentas de verdad ni tampoco de imaginación.,, NAZARIO MATOS..