CASTROVERDE DE CAMPOS: VEINTE AÑOS DE LA LLEGADA DEL "EURO". PÁGINA Nº 3....

VEINTE AÑOS DE LA LLEGADA DEL "EURO". PÁGINA Nº 3.

De ese mes de enero, Prudencio Prieto, veterano presidente de la Unión de Consumidores y Usuarios, recuerda una palabra que entonces fue clave: redondeo. «El principal problema fue el encarecimiento de las cosas de una forma grande. Se notó mucho en la hostelería. Un café, de buenas a primeras, subió de ochenta pesetas a un euro. Hubo una inflación muy fuerte y no acompañaron los salarios, que se estancaron, lo que provocó una pérdida de poder adquisitivo muy importante», recalca.

Presencio apunta, desde su visión bancaria y en tono jocoso, otro aspecto que descolocó a algunos. «Dejó de haber muchos millonarios, una persona que tenía en la cuenta dos millones de pesetas pasó a tener 12.000 euros. A los clientes que tenían sus plazos fijos en pesetas y recibían las notificaciones en casa en euros no les cuadraba. La cantidad de calculadoras para la conversión que se vendieron y regalaron fueron infinitas, creo que las daban hasta en las peluquerías», señala. El aterrizaje fue complejo y llevó hasta su despacho decenas de consultas en las que se buscaba aclarar la situación financiera. Además, subraya el exempleado del Santander, el euro hizo «aflorar mucho dinero que no estaba en el sistema, lo que unido a una falta de previsión generalizada provocó en algún momento la escasez de la nueva divisa», sobre todo en los primeros días.

Las maneras de afrontar este histórico cambio fueron diversas. Este diario recogía el caso del Café del Norte, que mantuvo abiertas dos cajas registradoras para evitar confusiones. Fran Castro, propietario del establecimiento, destaca que «hasta que se pudo casi todo el mundo pagó en pesetas». «Imagino que porque era la moneda que la gente tenía en casa y no se liaba tanto al hacer la conversión con los euros». Reconoce que en el sector se ajustaron los precios y se redondeó al alza, «pero unos céntimos, en nuestro caso no hubo un incremento de precios tan brutal como se dijo entonces». Los preparativos en este bar y en todos los de la ciudad fueron intensos. «Fue mucho trabajo previo, hacer todas las tablas con los precios nuevos, aprender los más habituales; entonces no había cajas TPV como las de ahora, que pulsas y te dan el coste de la consumición, entonces había que memorizarlos», cuenta... NAZARIO MATOS..