PÁGINA Nº 3 - OOTROS PUEBLO QUE OASA DE PADRES A HIJOS. EJEMPLO DE SUPERVIVENCIA-
A
Valderrobres: el pueblo que pasa (con éxito) de padres a hijos
La España que llaman vaciada está llena de vida y de valor. Un buen ejemplo de ello es la localidad turolense de Valderrobres, considerado uno de los pueblos más bonitos de España y donde los negocios pasan de generación en generación para entrar en el siglo XXI
acostumbrados al ruido, al asfalto y la prisa, llegar a Valderrobres es ese alto en el camino que a todos los urbanitas nos merece la pena. Un pueblo de origen medieval, surcado por el río Matarraña y rodeado por las montañas turolenses en el que el tiempo parece haberse detenido en otro siglo destilando piedra, artesanía y, por supuesto, historia. Nos cuenta Marcos Pallarés -nuestro guía en este viaje-, oriundo de la localidad y delegado de MAPFRE para toda la comarca, que aquí llegan muchos atraídos por ese encanto tallado en casitas de piedra del siglo XIV. No en vano, esta localidad que no llega a los 2.500 habitantes está considerada como uno de los pueblos más bonitos de España. Pero también, señala, la potencia del sector turístico sobrevive en perfecto equilibrio con el otro motor económico de la zona: la ganadería porcina.
Marcos aprendió todo lo que sabe a nivel laboral de su padre, Vicente Pallarés. Con una mirada llena de sabiduría, vida y buenos recuerdos, nos encontramos con él sobre el puente medieval que conecta la parte nueva y la parte antigua de la localidad. Nos cuenta cómo empezó a colaborar con MAPFRE en el año 88: con pocos recursos y “una oficina montada en casa”. “Si uno continúa con el negocio familiar, es un orgullo para el padre”, relata mientras mira a su hijo con una amplia sonrisa. Marcos se la devuelve y afirma que este es un trabajo “muy gratificante, porque conoces a todo el mundo de la zona” y tienes ese contacto directo que, a veces, se extraña en las ciudades. Tanto es así que acompañarlos dando un paseo por su pueblo es ir saludando y conociendo la verdadera realidad de sus vecinos. Si en un pueblo todos se conocen por sus nombres (o apodos), ellos, gracias a su trabajo en MAPFRE, son esos amigos a los que acudir para cualquier duda ya sean por cuestiones puramente laborales o por las más mundanas o tecnológicas.
Marcos lo tenía claro. Tras marcharse de su pueblo para estudiar en la universidad, en 2017 no dudó en volver a Valderrobres para seguir dinamizando la tierra que le vio nacer. Tras tres años aprendiendo el negocio, su padre le pasó el testigo como delegado de MAPFRE y él ha sido el responsable de acercar las dinámicas y la tecnología del siglo XXI a muchos de sus vecinos. Si su padre iba casa por casa para visitarlos, ahora Marcos también lo hace pero armado con una tablet que ha servido para modernizar, agilizar y facilitar cualquier consulta sobre operaciones, seguros, imprevistos o siniestros que hayan podido sufrir como los más recientes estragos de Filomena o Gloria. Aun así, al final, como dejan patente tras pasar un día con ellos, la confianza es la máxima que prima en esta relación.
RELEVO GENERACIONAL
Ese relevo generacional entre Vicente y Marcos Parallés no es único en esta localidad de belleza hipnótica. Joaquín y Antonio Gil, también padre e hijo dedicados a la ganadería porcina, son otra buena muestra de la importancia de que los oficios y las raíces se queden en la comarca. Entre ellos se respira complicidad. No podía ser de otro modo ya que comparten su día a día en una explotación ganadera en la que trabajan sin descanso. Saben que es una forma de vida sacrificada pero por la que hay que sentir verdadera vocación. “Tenía claro que quería estar en el negocio familiar, que esto es lo que me gustaba”, afirma rotundo Antonio Gil. Su negocio no ha parado de crecer. En 2008 implementaron cuatro nuevas naves y para ellos, relata Joaquín Gil, es clave contar con gente de confianza que resuelva cualquier imprevisto en su medio de vida como pueda ser una “pedregada, un huracán, que se nos lleve los tejados… Sería muy difícil poderlo reconstruir”.
La provincia de Teruel sufrió el mayor índice de despoblación con
134.176
habitantes
El año pasado experimentó un crecimiento positivo del 0,03%.
Fuente: INE, 2021
Valderrobres está ubicada en el noroeste de Teruel y cuenta con
2.457
habitantes
La localidad ha vivido una progresiva recuperación de población desde 2000, cuando sumaba 1.845 habitantes.
Fuente: INE, 2021
Y si la ganadería es uno de los pilares económicos de Valderrobres, no lo es menos el turismo. Coronado por su monumental castillo, conectado con la iglesia gótica de Santa María la Mayor, la localidad es una preciosa villa medieval donde las mansiones palaciegas, el puente de piedra y sus serpenteantes calles invitan al sosiego y el descanso. Lo saben bien Antonio Izquierdo y Elena Carbó, que regentan con mimo y con el apoyo de sus hijos Luis y Carlos el Hotel El Salt. “Lo inauguramos en 2002 y ahora casi más lo llevan los chicos que nosotros”, explica Elena Carbó. “Aquí nos conocemos toda la gente. Es una tranquilidad diferente”, reflexiona mientras presume de las impresionantes vistas que regalan las habitaciones de su hotel.
Valderrobres, el precioso (y lleno de vida) corazón del Matarraña
Valderrobres es el corazón de la comarca del Matarraña. Está declarado Conjunto Histórico Artístico y considerado como uno de los pueblos más bonitos de España por la asociación del mismo nombre. La mayor parte de sus monumentos son testigos mudos del pasado medieval de una villa que puede presumir de los restos de su antigua muralla, pero también del castillo-palacio y la iglesia gótica de Santa María la Mayor o de su Ayuntamiento de estilo renacentista tardío.
Una tranquilidad que, de nuevo, tiene un pilar en esa confianza entre vecinos. Así lo vivieron cuando el año pasado el temporal Gloria azotó con fuerza la comarca y Marcos Pallarés fue mucho más que el delegado de MAPFRE que les ayudó con sus efectos. Porque si algo demuestran Vicente y Marcos, Joaquín y Antonio y Antonio, Elena y sus hijos es que esa tranquilidad no es un simple concepto asociado a la vida rural. Aquí, en Valderrobres, se respira calma y paz de otro tiempo. De esa que no se puede (ni se debe) perder y a la que uno siempre quiere regresar.
Créditos
Redacción: Prado Campos
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Saúl Fernández
Producción vídeo: Delia Blesa.
A
Valderrobres: el pueblo que pasa (con éxito) de padres a hijos
La España que llaman vaciada está llena de vida y de valor. Un buen ejemplo de ello es la localidad turolense de Valderrobres, considerado uno de los pueblos más bonitos de España y donde los negocios pasan de generación en generación para entrar en el siglo XXI
acostumbrados al ruido, al asfalto y la prisa, llegar a Valderrobres es ese alto en el camino que a todos los urbanitas nos merece la pena. Un pueblo de origen medieval, surcado por el río Matarraña y rodeado por las montañas turolenses en el que el tiempo parece haberse detenido en otro siglo destilando piedra, artesanía y, por supuesto, historia. Nos cuenta Marcos Pallarés -nuestro guía en este viaje-, oriundo de la localidad y delegado de MAPFRE para toda la comarca, que aquí llegan muchos atraídos por ese encanto tallado en casitas de piedra del siglo XIV. No en vano, esta localidad que no llega a los 2.500 habitantes está considerada como uno de los pueblos más bonitos de España. Pero también, señala, la potencia del sector turístico sobrevive en perfecto equilibrio con el otro motor económico de la zona: la ganadería porcina.
Marcos aprendió todo lo que sabe a nivel laboral de su padre, Vicente Pallarés. Con una mirada llena de sabiduría, vida y buenos recuerdos, nos encontramos con él sobre el puente medieval que conecta la parte nueva y la parte antigua de la localidad. Nos cuenta cómo empezó a colaborar con MAPFRE en el año 88: con pocos recursos y “una oficina montada en casa”. “Si uno continúa con el negocio familiar, es un orgullo para el padre”, relata mientras mira a su hijo con una amplia sonrisa. Marcos se la devuelve y afirma que este es un trabajo “muy gratificante, porque conoces a todo el mundo de la zona” y tienes ese contacto directo que, a veces, se extraña en las ciudades. Tanto es así que acompañarlos dando un paseo por su pueblo es ir saludando y conociendo la verdadera realidad de sus vecinos. Si en un pueblo todos se conocen por sus nombres (o apodos), ellos, gracias a su trabajo en MAPFRE, son esos amigos a los que acudir para cualquier duda ya sean por cuestiones puramente laborales o por las más mundanas o tecnológicas.
Marcos lo tenía claro. Tras marcharse de su pueblo para estudiar en la universidad, en 2017 no dudó en volver a Valderrobres para seguir dinamizando la tierra que le vio nacer. Tras tres años aprendiendo el negocio, su padre le pasó el testigo como delegado de MAPFRE y él ha sido el responsable de acercar las dinámicas y la tecnología del siglo XXI a muchos de sus vecinos. Si su padre iba casa por casa para visitarlos, ahora Marcos también lo hace pero armado con una tablet que ha servido para modernizar, agilizar y facilitar cualquier consulta sobre operaciones, seguros, imprevistos o siniestros que hayan podido sufrir como los más recientes estragos de Filomena o Gloria. Aun así, al final, como dejan patente tras pasar un día con ellos, la confianza es la máxima que prima en esta relación.
RELEVO GENERACIONAL
Ese relevo generacional entre Vicente y Marcos Parallés no es único en esta localidad de belleza hipnótica. Joaquín y Antonio Gil, también padre e hijo dedicados a la ganadería porcina, son otra buena muestra de la importancia de que los oficios y las raíces se queden en la comarca. Entre ellos se respira complicidad. No podía ser de otro modo ya que comparten su día a día en una explotación ganadera en la que trabajan sin descanso. Saben que es una forma de vida sacrificada pero por la que hay que sentir verdadera vocación. “Tenía claro que quería estar en el negocio familiar, que esto es lo que me gustaba”, afirma rotundo Antonio Gil. Su negocio no ha parado de crecer. En 2008 implementaron cuatro nuevas naves y para ellos, relata Joaquín Gil, es clave contar con gente de confianza que resuelva cualquier imprevisto en su medio de vida como pueda ser una “pedregada, un huracán, que se nos lleve los tejados… Sería muy difícil poderlo reconstruir”.
La provincia de Teruel sufrió el mayor índice de despoblación con
134.176
habitantes
El año pasado experimentó un crecimiento positivo del 0,03%.
Fuente: INE, 2021
Valderrobres está ubicada en el noroeste de Teruel y cuenta con
2.457
habitantes
La localidad ha vivido una progresiva recuperación de población desde 2000, cuando sumaba 1.845 habitantes.
Fuente: INE, 2021
Y si la ganadería es uno de los pilares económicos de Valderrobres, no lo es menos el turismo. Coronado por su monumental castillo, conectado con la iglesia gótica de Santa María la Mayor, la localidad es una preciosa villa medieval donde las mansiones palaciegas, el puente de piedra y sus serpenteantes calles invitan al sosiego y el descanso. Lo saben bien Antonio Izquierdo y Elena Carbó, que regentan con mimo y con el apoyo de sus hijos Luis y Carlos el Hotel El Salt. “Lo inauguramos en 2002 y ahora casi más lo llevan los chicos que nosotros”, explica Elena Carbó. “Aquí nos conocemos toda la gente. Es una tranquilidad diferente”, reflexiona mientras presume de las impresionantes vistas que regalan las habitaciones de su hotel.
Valderrobres, el precioso (y lleno de vida) corazón del Matarraña
Valderrobres es el corazón de la comarca del Matarraña. Está declarado Conjunto Histórico Artístico y considerado como uno de los pueblos más bonitos de España por la asociación del mismo nombre. La mayor parte de sus monumentos son testigos mudos del pasado medieval de una villa que puede presumir de los restos de su antigua muralla, pero también del castillo-palacio y la iglesia gótica de Santa María la Mayor o de su Ayuntamiento de estilo renacentista tardío.
Una tranquilidad que, de nuevo, tiene un pilar en esa confianza entre vecinos. Así lo vivieron cuando el año pasado el temporal Gloria azotó con fuerza la comarca y Marcos Pallarés fue mucho más que el delegado de MAPFRE que les ayudó con sus efectos. Porque si algo demuestran Vicente y Marcos, Joaquín y Antonio y Antonio, Elena y sus hijos es que esa tranquilidad no es un simple concepto asociado a la vida rural. Aquí, en Valderrobres, se respira calma y paz de otro tiempo. De esa que no se puede (ni se debe) perder y a la que uno siempre quiere regresar.
Créditos
Redacción: Prado Campos
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Saúl Fernández
Producción vídeo: Delia Blesa.