PÁGINA Nº 3.
EL DIÁLOGO ENTRE GENERACIONES QUE SÍ FUNCIONA
Una de esas formas que ALBERTO RUIZ rescata de generaciones anteriores es el puerta a puerta. Según cuenta, “muchas veces actuamos como psicólogos: nos cuentan sus problemas o que quieren emprender un negocio y les intentamos asesorar o ayudar en lo que podamos.
Muchas veces fuera del seguro y sin buscar ningún objetivo más”.
Así lo atestigua JOSÉ VALENTÍN VILLA, dueño de la empresa de recogida de residuos del pueblo que, con bastante frecuencia, recibe en su domicilio a ALBER.
Ambos se sientan en torno a la mesa camilla de su salón y charlan sobre seguros, claro, pero no solo.
“Aparte de vender sus productos, ALBERTO viene también a ayudar a su amigo”, asegura VILLA. A propósito de esto cuenta cómo en los últimos siniestros que ha sufrido, tanto a nivel particular como empresa, ha sido la familia RUIZ EXPÓSITO, con la que mantiene una espléndida relación, la que con solo una llamada telefónica ha conseguido solucionar los pequeños percances de forma rápida y eficaz.
Pensábamos que era muy joven cuando empezó, pero venía con ganas y tenía claro que quería seguir nuestro camino.
Precisamente a ese conocerse de toda la vida y a esa amistad mantenida en el tiempo apela también FRANCISCA GONZÁLEZ, PAQUI, para los vecinos de LOGROSÁN.
Ella regenta LA YAYA, una tienda de productos gourmet extremeños en pleno centro de la localidad.
Después de haberse atrevido con varios negocios y con una vida de entrega y sacrificio a su espalda, lo tiene claro: “Si además de ser amigos, son gente del pueblo y te atienden bien, evidentemente, no te vas a otro seguro”.
PAQUI es amiga de siempre de JUANMA Y MARIBEL y conoce a ALBERTO desde que era un niño.
Eso le concede autoridad suficiente para definir al joven emprendedor como “un trabajador polifacético, capaz de conectar con toda la gente del pueblo, independientemente de su edad”.
ALBERTO RUIZ es consciente de que, en ese papel de savia nueva que representa en la oficina, es su responsabilidad conectar con la gente más joven de LOGROSÁN.
Para ello, lleva las riendas de una Fan Page de Facebook que va nutriéndose de noticias y consejos para sus vecinos y que, según admite, quiere potenciar más en los próximos meses.
Y es que si algo está claro es que ALBERTO no se pone metas fáciles y siempre está dispuesto a mejorar. Además de su papel fundamental en LOGROSÁN, se encarga al 100% de una nueva Delegación de MAPFRE que han abierto en la vecina localidad de MADRIGALEJO.
Con todo ello, le queda tiempo para su última aventura laboral: EL CORTIJO DEL JAMÓN, un restaurante que abrió junto a su pareja en el verano de 2020 y que, como no podía ser otra forma, ofrece al visitante auténticos manjares logrosaniegos.
“A mí me gusta mi pueblo y me alegro de haber invertido mi tiempo en quedarme aquí.
Nuestros padres han trabajado muy duro por el pueblo y por la zona.
Ahora a los jóvenes nos toca aportar y mejorar lo que podamos para darle un nuevo futuro a los pueblos y a la ESPAÑA MÁS DESPOBLADA”, sentencia con una media sonrisa ALBERTO RUIZ, tranquilo y seguro del camino que ha elegido.
Está claro que esa genética llena de valor y entusiasmo de DOÑA RAMONA hace de las suyas en su nieto.
Con su juventud, camina con paso firme por las calles de LOGROSÁN de la misma forma que hizo ella 50 años atrás, cuando se atrevió con todo.
""""RECUERDO A MI ABUELA TODO EL DÍA DE AQUÍ PARA ALLÁ CON SU COCHE YENDO A VISITAR CLIENTES, LLEVANDO LOS PAPELES DE LOS SEGUROS CASA POR CASA"""".
EL DIÁLOGO ENTRE GENERACIONES QUE SÍ FUNCIONA
Una de esas formas que ALBERTO RUIZ rescata de generaciones anteriores es el puerta a puerta. Según cuenta, “muchas veces actuamos como psicólogos: nos cuentan sus problemas o que quieren emprender un negocio y les intentamos asesorar o ayudar en lo que podamos.
Muchas veces fuera del seguro y sin buscar ningún objetivo más”.
Así lo atestigua JOSÉ VALENTÍN VILLA, dueño de la empresa de recogida de residuos del pueblo que, con bastante frecuencia, recibe en su domicilio a ALBER.
Ambos se sientan en torno a la mesa camilla de su salón y charlan sobre seguros, claro, pero no solo.
“Aparte de vender sus productos, ALBERTO viene también a ayudar a su amigo”, asegura VILLA. A propósito de esto cuenta cómo en los últimos siniestros que ha sufrido, tanto a nivel particular como empresa, ha sido la familia RUIZ EXPÓSITO, con la que mantiene una espléndida relación, la que con solo una llamada telefónica ha conseguido solucionar los pequeños percances de forma rápida y eficaz.
Pensábamos que era muy joven cuando empezó, pero venía con ganas y tenía claro que quería seguir nuestro camino.
Precisamente a ese conocerse de toda la vida y a esa amistad mantenida en el tiempo apela también FRANCISCA GONZÁLEZ, PAQUI, para los vecinos de LOGROSÁN.
Ella regenta LA YAYA, una tienda de productos gourmet extremeños en pleno centro de la localidad.
Después de haberse atrevido con varios negocios y con una vida de entrega y sacrificio a su espalda, lo tiene claro: “Si además de ser amigos, son gente del pueblo y te atienden bien, evidentemente, no te vas a otro seguro”.
PAQUI es amiga de siempre de JUANMA Y MARIBEL y conoce a ALBERTO desde que era un niño.
Eso le concede autoridad suficiente para definir al joven emprendedor como “un trabajador polifacético, capaz de conectar con toda la gente del pueblo, independientemente de su edad”.
ALBERTO RUIZ es consciente de que, en ese papel de savia nueva que representa en la oficina, es su responsabilidad conectar con la gente más joven de LOGROSÁN.
Para ello, lleva las riendas de una Fan Page de Facebook que va nutriéndose de noticias y consejos para sus vecinos y que, según admite, quiere potenciar más en los próximos meses.
Y es que si algo está claro es que ALBERTO no se pone metas fáciles y siempre está dispuesto a mejorar. Además de su papel fundamental en LOGROSÁN, se encarga al 100% de una nueva Delegación de MAPFRE que han abierto en la vecina localidad de MADRIGALEJO.
Con todo ello, le queda tiempo para su última aventura laboral: EL CORTIJO DEL JAMÓN, un restaurante que abrió junto a su pareja en el verano de 2020 y que, como no podía ser otra forma, ofrece al visitante auténticos manjares logrosaniegos.
“A mí me gusta mi pueblo y me alegro de haber invertido mi tiempo en quedarme aquí.
Nuestros padres han trabajado muy duro por el pueblo y por la zona.
Ahora a los jóvenes nos toca aportar y mejorar lo que podamos para darle un nuevo futuro a los pueblos y a la ESPAÑA MÁS DESPOBLADA”, sentencia con una media sonrisa ALBERTO RUIZ, tranquilo y seguro del camino que ha elegido.
Está claro que esa genética llena de valor y entusiasmo de DOÑA RAMONA hace de las suyas en su nieto.
Con su juventud, camina con paso firme por las calles de LOGROSÁN de la misma forma que hizo ella 50 años atrás, cuando se atrevió con todo.
""""RECUERDO A MI ABUELA TODO EL DÍA DE AQUÍ PARA ALLÁ CON SU COCHE YENDO A VISITAR CLIENTES, LLEVANDO LOS PAPELES DE LOS SEGUROS CASA POR CASA"""".