Ante la
puerta de la
ermita, arrinconado a orillas de una de las Paredes de las cortinas, como buscando protección en ella, encontramos un pequeño crucero realizado con hierro. Es una obra simple pero hermosa, salida de alguna
fragua local, para cuyo logro se puso toda la inventiva y habilidad que fue posible. Pese a su sencillez e insignificancia, es de destacar la decoración a base de unas poco desarrolladas espiras simétricas.