(Contenido orientado en el texto publicado en "El
correo de
Zamora" del 9 de diciembre de 1990. Autor: Herminio Ramos)
Cibanal de Sayago es uno de los tres lugares que constituyeron las Tierras de
Fermoselle como señorío Eclesiástico. Su vida giro dentro de esta estructura político-administrativa durante siglos, y cuando llega el siglo XIX y se rompen las estructuras, comienza a vivir administrativamente unido a su próximo vecino, el desaparecido
Argusino, cabecera de su
ayuntamiento, cuyos restos descansa en el silencio azul del
embalse de
Almendra. Cibanal ha perdido su cabecera, ha perdido parte de sus tierras, ha visto desaparecer sus alfares y tejares, pero sigue mirándose en el limpio
espejo que nació en el Tormes, rodeado de canchales, viñas, praderas y, recortando la línea del horizonte por el norte, el
monte con su silencioso señorío, guardián permanente del silencio y rico escenario de las especies que alegraron siembre las aficiones de caballeros y señores ayer, hoy
deporte fugaz en una
naturaleza agotada por el mal trato y la desidia. Cibanal, resguardado del cierzo, sigue con su ritmo lento y cansino la vida del
campo desde hace siglos.
Cibanal ha visto mermadas sus 1608 hectáreas por el embalse del Almendra a poco más de 900. Los terrenos de Cibanal sobre lo que antes era Arribe del Tormes y ahora está cubierto, abundan en canchales de granito descubiertos por la intensa erosión del Tormes y manotos miocénicos que descansan directamente sobre el zócalo granítico de de la penillanura de Sayago. A estos restos pertenecientes al torteniense se unen canturrales y terrenos mixtos formados por arenas a base de nantos de origen aluvial, diluvial y rañoide que constituyen la gran parte de los terrenos, de
color predominante rojizo que se reconoce el los
mapas como un cuaternario indiferenciado, pero que conserva en su base restos terciarios que avanzan desde el Teso
Santo por la margen derecha del
rio Tormes hasta la cresta de las Carbas, vértice que apunta a los 2
rios, y donde la vid ha encontrado además el abrigo del norte, la solana y el fenómeno del microclima que sube Tormes arriba hasta las llanuras de Almendra y Cibanal. También se puede destacar sedimentos arcillosos y arenosos como la casiterita y la wolfranita que en diferentes periodos ha sido motivo de intentos de explotación en diferentes pequeñas
minas.
Uno de los aspectos más interesantes para estudiosos y eruditos, sin duda son los topónimos del término municipal, algunos bajo las
aguas pero llenos de sentido y significado. Así, el abejeo o los alares que descansan debajo del
agua, el alcornocal o el alcinal, cuyo significado está muy claro, el Berrocal o el Cabozo Lungo bajo las aguas, la
Fuente del Castro o la Fuente el Moro, las Gayolas, los
Hornos, Rita Corcera, Rita la Jara, Rita
Cueva, el Sestil, la Solana, Valde Barra,...